Trastornos alimenticios en niños y adolescentes

Los trastornos alimenticios han aumentado en personas a las que anteriormente no se asociaba con ellos, como ser: niños, varones, y personas de clase baja, entre otras.

Trastornos alimenticios en niños y adolescentes

Un incremento considerable de los trastornos alimenticios entre los niños y adolescentes se ha hecho evidente en los últimos tiempos, con la particularidad de que en algunos casos el aumento se ha dado en varones y jóvenes de las minorías.

Estos datos salen a la luz a raíz de un informe realizado por el Dr. David Rosen, profesor de pediatría, medicina interna y psiquiatría de la Universidad de Michigan, y un grupo de colegas, publicado en la edición de diciembre de 2010 de la revista Pediatrics, para la elaboración del cual fueron evaluados cerca de 200 estudios recientes acerca de trastornos alimentarios.

En el informe, se cita un análisis de la Agencia para la Investigación y la Calidad en la Atención de Salud, que señala que las internaciones a causa de trastornos de la alimentación manifestaron un notorio aumento del 119% entre niños de menos de 12 años, en el período que va desde 1999 a 2006.

Junto con el incremento de los casos más serios de bulimia y anorexia, también se han hecho crecientes los casos de trastornos alimenticios de “síndrome parcial”, es decir, los casos en que se manifiestan sólo algunos de los síntomas de estos trastornos.

David Rosen señala que estos nuevos datos de alguna manera echan por tierra el clásico esteriotipo del paciente con tratarnos alimenticios: sexo femenino, de piel blanca, clase socioeconómica buena y de cierta edad (entre 14 y 18 años), ya que se están viendo en personas que no se asociaban antiguamente con esta clase de trastornos, como ser varones, niños, personas de nivel socioeconómico bajo y personas de piel oscura.

Según el informe, pese a que se estima que entre el 1% y el 2% de los adolescentes norteamericanos padece bulimia y el 0.5%, anorexia, los especialistas sostienen que generalmente, entre el 0.8% y el 14% manifiesta por lo menos algún síntoma de trastornos de la alimentación, ya sea físicos o psicológicos.

Lisa Lilenfeld, presidenta del Eating Disorders Coalition for Research, Policy and Action de Washington, D.C indicó que entre el 5% y el 10% de los que padecen trastornos alimenticios son chicos, aunque existen datos que señalan que esa cifra podría ser más elevada.

Igualmente que sucede con otras adicciones y trastornos de salud como ser el alcoholismo, la depresión, la ansiedad, hay estudios que indican que en los trastornos alimenticios habría un fuerte factor de riesgo genético.

Junto con el incremento en los trastornos alimenticios, se ha visto también un aumento en los problemas relacionados con la obesidad infantil. En este sentido las indicaciones de pediatras y médicos respecto del sobrepeso en niños han llevado en muchos casos a que los niños comiencen con trastornos de la alimentación. Muchos de los que reciben tratamiento por este tipo de trastornos, manifiestan haber comenzado con ellos cuando el médico les sugirió que bajaran de peso. Por lo cual es importante que los médicos manejen estos temas de modo que no resulte perjudicial para los niños, ni afecte su autoestima.

Tanto los profesionales de la salud como el entorno familiar en su conjunto, deben estar alertas ante los indicios que pudieran evidenciar posibles trastornos alimenticios en los niños y adolescentes, por ejemplo, a los cambios repentinos en la forma de comer (dietas muy restrictivas), de hacer ejercicio (exagerada e impulsivamente), a los comentarios respecto de la imagen corporal, al uso de pastillas para adelgazar, diuréticos, laxantes, la presencia frecuente de vómitos, entre otros.

El informe señala también que es preciso que los pediatras manejen información respecto de los síntomas de estos trastornos a fin de detectar la presencia de los mismos en la consulta.

Algunas cuestiones importantes que los pediatras deben manejar con sus pacientes

  • Algunos síntomas de trastornos alimenticios incluyen palidez, sequedad de la piel, deshidratación, caída del cabello, fatiga
  • Es fundamental que el pediatra controle el peso y la altura de sus pacientes
  • Al realizar recomendaciones a los pacientes acerca de la alimentación, deben centrarse en los consejos sobre la alimentación sana
  • Ser muy cautelosos al hacer comentarios o recomendaciones que puedan inducir a los pacientes a hacer dietas o practicar ejercicio de forma compulsiva y excesiva
  • Tener conocimiento acerca de dónde deben derivar, y con qué profesionales a este tipo de pacientes