Porqué los niños se quejan y cómo detenerlos

Porqué los niños se quejan y cómo detenerlos

La mayoría de los niños se quejan cuando tienen que hacer las tareas del colegio o cuando sus padres les piden que colaboren en la casa. Pareciera un comportamiento regular en los pequeños, sin embargo, no tienen porqué hacerlo todo el tiempo.

El pediatra Schultz Laurel explica que los niños se quejan por una razón muy simple: "Quejarse llama la atención de los padres. Un ruido agudo es eficaz porque los padres no pueden no atenderlo".

Evitar los quejidos

Schultz explica que los niños no se quejan de manera consciente, sino que se trata de un comportamiento aprendido, en el que los padres han tenido algo que ver. Cuando un niño pide algo y los padres no responden, el niño insiste y lo hace cada vez en tono más fuerte, quejándose o gritando.

Para evitar que los niños se quejen, Schultz aconseja: "Es importante responder al primer llamado de atención, si se puede. Si usted está en el teléfono o en medio de una conversación, haga contacto visual con su hijo y coloque un dedo hacia arriba, así entiende que va a estar con él en un minuto. A continuación, vea que necesita su hijo".

Qué hacer cuando los niños se quejan

La psicóloga Becky Bailey, recomienda a los padres respirar profundamente y recordarse a sí mismos que el niño no está tratando de ser irritante, sino que está pidiendo ayuda.

Para tratar de que el niño deje de utilizar ese modo de comunicación, los expertos recomiendan hablar con él y explicarle, por ejemplo, que si quiere pedir un vaso de leche debe hacerlo de forma clara y tranquila.

Bailey sugiere que los padres miren más allá de las quejas para entender el mensaje que el niño está intentando dar. Así, recomienda: "Pregúntate: ¿No he estado más ocupado que de costumbre? ¿La rutina de mi hijo ha cambiado? A menudo, las quejas indican que es momento de reencontrarse con su hijo".

Por todo lo anterior, los expertos recomiendan a los padres pasar tiempo de calidad con sus hijos y compartir tareas como leer, cocinar, ver una película o hacer lo que al niño le guste.

Bailey concluye: "Conectar con su hijo una o dos veces al día puede hacer una gran diferencia para las familias que tienen comportamientos difíciles".

Fuente: Web MD