Fuerteventura y la magia de estar en el medio del mar y entre dos continentes

Fuerteventura

El mar y la arena se imponen de forma sobrenatural en esta pequeña isla canaria, una de las más viejas del archipiélago. Viento y tiempo la han tallado tan a conciencia que su patrimonio ha quedado minimizado por su paisaje, verdadero reclamo turístico.

Fuerteventura presume de un litoral bajo y de unas playas de largas y desérticas dimensiones, lo que propicia la óptima práctica de los deportes acuáticos gracias a los aires que traen los vientos alisios y la bondad de su clima, donde la temperatura media a lo largo de todo el año es de 20 grados, todo un privilegio.

Según los lugareños, sus playas están consideradas las mejores de todo el Atlántico. De los 326 kilómetros de costa que tiene, 77 son de litorales. No en vano la isla está declarada Reserva Natural de la Biosfera por la Unesco. Fuerteventura la conforman seis municipios: La Oliva, Betancuria, Antigua, Tuineje, Pájara y la capital, Puerto del Rosario. Y sí, es posible gozar aquí de unas vacaciones a coste barato.

Para ello, lo primordial, primero de todo, es el alquiler de un vehículo, que suele ser económico, para recorrer toda la isla. Desde 78 dólares se puede conseguir un coche durante toda una semana. Las líneas regulares de autobús son también una buena opción para conocer a fondo el terreno por el que se mueve el viajero. La práctica del senderismo, pese a que sale gratis, no resulta aconsejable debido a las extremas condiciones de dureza: Mucho calor en verano, clima seco, polvoriento y ventoso, al menos si no está acostumbrado a practicarlo.

El auge del turismo vacacional hacia las Canarias ha convertido a Fuerteventura en uno de los destinos que más desarrollo hotelero ha experimentado en los últimos años, por lo que su oferta de alojamientos es amplia y de calidad. Se contabilizan más de 120 establecimientos y más de 50.000 plazas para pernoctar. Además, existe un amplio surtido de hoteles baratos donde poder pasar la noche desde 33 dólares. Otra opción es la búsqueda por Internet.

A su llegada a la isla, que apenas dista 100 kilómetros de la costa africana, el visitante puede admirar bellos espacios naturales, como las dunas de Corralejo, la montaña de Tindaya o los majestuosos paisajes entre los que sobresale el arco de Cofete de Jandía.

Pese a su cercanía con el continente negro, la arena de las magníficas playas canarias no llega del desierto del Sáhara, si no que se conforman de cáscaras quebradas y otros restos de mamíferos marinos.

Si se viaja en familia, nada mejor que una excursión a alguno de los parques temáticos de la isla, como El Baku Agua Park en Corralejo y el Zoo Oasis Park en La Lajita, en los que se ofrecen descuentos para grupos.

Otra forma económica de conocer la historia, costumbres y folclore de Fuerteventura es a través de sus museos. Existen varios, como los de la Sal, el Grano La Cilla, la Alcogida, la Cueva del Llano o el Poblado de la Atalayita. Ya que se está en la isla durante unos días, el visitante no se puede marchar sin probar la oportunidad de practicar alguno de los deportes acuáticos que ofrecen las playas de Fuerteventura: Buceo, surf, windsurf, pesca o kite boarding. Mejor, y sobre todo más barato, si uno lleva de casa su propio equipo. Una zona recomendable para disfrutar del ocio nocturno es Corralejo, aunque las dos zonas turísticas del sur son más aptas para quienes buscan unas vacaciones calmadas de sol y playa.