El médium y su tarea

En el colectivo está grabada la imagen del médium como una figura misteriosa más bien oscura, que se comunica con los muertos. Pero al parecer la figura del médium es bastante más compleja, veamos.

El médium y su tarea

¿Qué es un médium?

La palabra médium tiene su origen en el idioma latín, viene de mediador o intermediario.
Las personas conocidas como médiums son consideradas seres especiales, dotados de una sensibilidad particular que los acerca al mundo de lo espiritual de forma más o menos directa. Ellos poseen la facultad de comunicarse, por ejemplo, con espíritus de personas ya fallecidas, cosa que la mayoría de los seres humanos no puede hacer.

La figura del médium es muy cinematográfica y usaremos aquí un ejemplo del cine para hacer una diferenciación. Es muy recordado el personaje de Whoopi Goldberg en la película Ghost, ella realizaba actividades de médium sin serlo, era una charlatana, digamos, hasta que descubría que habilidades espirituales particulares. Es decir, muchas personas no saben que poseen una espiritualidad diferente que puede acercarlos a dimensiones que ni siquiera saben que existen. Es así que muchas personas no reconocen en sí mismas esa disposición, que es muy especial y que puede ser desarrollada a niveles impensados.

El espiritismo, como tantas otras cosas, tuvo su época dorada, la cual se extendió desde el año 1850 hasta 1940, aproximadamente. Un interesante número de los más destacados científicos internacionales como César Lombroso, León Tolstoi, y Arthur Conan Doyle, se dedicaron por aquellos años a investigar el fenómeno de la clarividencia observando el trabajo de respetados médiums de la época.

La Mediumnidad

Es la denominación que se le da a la facultad que posee el médium para entrar en contacto con el mundo de los difuntos, o con otros planos y realidades paralelas.
Éste fenómeno se puede diferenciar según la especificidad de la aptitud del médium para para transmitir o propiciar, las particulares formas de comunicación con los distintos planos. Por ejemplo, en la psicogarfía el médium escribe, dibuja, garabatea lo que el espíritu le comunica. En la incorporación, el espíritu toma el cuerpo del médium y se comunica a través del él.

Para que el proceso de comunicación se complete, son necesarios tres puntos:

  1. Un emisor, que es quien envía la información o mensaje, por ejemplo, el espíritu de alguien fallecido
  2. Un receptor, es quien recibe el mensaje, en este caso el médium
  3. Un medio por el cual se transmite el deseo, pensamiento, o conocimiento, que puede ser un papel o el cuerpo del propio médium

La tarea del médium

El ser médium es una responsabilidad, por lo tanto muchas personas que poseen las condiciones orgánicas para serlo, reniegan de ello, tal vez porque los atemoriza, tal vez porque son demasiado racionales y el tema de la clarividencia no posee demasiadas posibilidades de comprobación empírica. Más allá de las razones, deciden alejarse de la posibilidad de contactar con otros planos, no desarrollan su don y se vuelve más bien una carga para ellos.

Los estudiosos de la mediumnidad, consideran un error bloquear el don que les ha sido otorgado, ya que nada es casualidad, de igual manera cuestionan el uso del don para beneficio propio únicamente. Como toda cualidad divina o mágica debe ser compartida para el bien común. Otro de los cuestionamientos que se le hace al trabajo del médium, es que se vuelvan vanidosos y hagan alarde de su don, ya que no les es propio sino que es algo que les fue otorgado en préstamo por una entidad superior, para ser utilizado en favor de la humanidad. El médium no es más que un canal a través del cual el espíritu o entidad se acerca para cumplir un fin determinado.

Por lo tanto, lo que se espera de un buen médium es que sienta el orgullo y la responsabilidad que le fue otorgada y cumpla su tarea de la mejor forma para alcanzar el bien común.
El médium puede entrar en contacto con los espíritus despierto o dormido, puede dejar que el espíritu se manifieste a través de su cuerpo, puede ser él quien lo vea y escuche y luego transmita lo que el espíritu quiere comunicar, o como ya vimos, puede escribir el mensaje. En algunos casos incluso pueden aparecer otras formas de comunicación.