Adaptarse a la pérdida de la pareja

Es un proceso difícil, largo pero posible y del que se puede salir entero y fortalecido.

Perdida de la pareja

Cada año muchísimas personas alrededor del mundo enfrentan la situación de perder a su pareja luego de años de una vida en común. Es especialmente duro adaptarse a la muerte de una pareja cuando las vidas de ambos estaban muy vinculadas y una vez ausente el otro no existe un mundo propio, sino permanentes recuerdos de que el otro ya no está más.

Sin duda que el proyecto común que esa pareja había iniciado el día de su casamiento o vida juntos se termina con la muerte de uno de sus miembros y muchas veces el dolor es tan grande que no se puede soportar el tener que enfrentar la vida en soledad y la muerte se lleva al que ha sobrevivido.

La pérdida de una pareja puede traer consigo misma serios problemas de salud

De acuerdo a datos obtenidos de una investigación realizada por Colmes y Rahe en 1967, la pérdida del cónyuge es uno de los primeros acontecimientos estresantes de la vida y está muy vinculada al desarrollo de algunas enfermedades. Según un estudio realizado en norteamericanos mayores y publicado en The New England Journal of Medicine en el 2006, la muerte o enfermedad de uno de los miembros de la pareja, aumenta el riesgo de mortalidad del otro. De a cuerdo a una investigación realizada en Estados Unidos a 500.000 parejas de entre 65 y 98 años, la muerte de la esposa aumenta las posibilidades de muerte del hombre en un 21 %, mientras que la del marido en un 17 % la de la mujer. Por ello, el porcentaje de mujeres viudas supera al de hombres viudos, aproximadamente, en cinco a uno.

Según la misma investigación, el sufrimiento a causa de la muerte del cónyuge hace que el sistema inmunitario se debilite, bajen sus defensas y vuelve al organismo más propenso a determinadas enfermedades que muchas veces estaban latentes como por ejemplo: Las enfermedades psiquiátricas, demencia, depresión (el aislamiento al que puede condenarse, sobre todo, un adulto mayor que ha perdido a su pareja puede favorecer la depresión), problemas cardíacos, infartos cerebrales y las fracturas óseas son los más habituales.

Una preocupación muy habitual entre aquellas personas mayores que han enviudado o que nunca han formado una pareja, es que será de ellos si enferman o no pueden valerse por sí mismos, quién cuidará de ellos.

Para la mayoría de las mujeres la viudez afecta algunas actividades cotidianas como por ejemplo: Administrar sus finanzas les resulta muy complicado una vez que su pareja ha muerto. En tanto para los hombres las consecuencias de la viudez se evidencian más en los efectos nocivos sobre su salud. Sin embargo, la tasa de matrimonios de hombres que han quedado viudos es ocho veces mayor que la de las mujeres.

El duro proceso de negación, asimilación y adaptación a la muerte de una pareja

  • La negación

    La primera reacción ante la noticia de muerte de la pareja es la negación del hecho, pensar que hay un error, que eso no puede estar sucediendo, sobre todo cuando la muerte es de improviso. La negación implica también enojarse muchísimo con médicos, personal de salud, etc., es decir con todos los actores involucrados.

  • La asimilación

    El proceso de asimilación es cuando en el cónyuge sobreviviente la ira y la negación comienzan a dar paso a la tristeza y la soledad que ha provocado esa pérdida. En este período es muy común que la persona se aísle de la vida social, se refugie en su mundo interior para poder hacer frente a lo que le está pasando y adaptarse a la nueva realidad. Esta tapa lleva tiempo y es algo muy personal, que depende de cada uno y de cómo cada cual vive y elabora su duelo. Hay casos en los que la ayuda profesional se hace muy necesaria ya que la persona cae en un poso depresivo, abusa de psicofármacos, se culpabiliza por lo sucedido, o el dolor es tan inmenso que la inmoviliza al extremo de no saber si podrá seguir adelante sin ese compañero. También es posible y está dentro de lo esperable en una situación de este tipo, que la persona manifieste no sentir dolor o no sentir tanto dolor como debería. Esto es lo que se llama bloqueo y es un mecanismo de defensa para sobrevivir.

  • La acomodación

    En la etapa de acomodación la angustia y la tristeza empiezan a desaparecer y surge la resignación, la aceptación de la realidad.

Palabras finales sobre la pérdida de la pareja

Adaptarse a la pérdida de una pareja es un proceso que lleva su tiempo y que no es para nada sencillo, el dolor, la culpa, la ira, la tristeza, son sentimientos que irán aflorando y a los que habrá que hacer frente. Pero la postura del cónyuge sobreviviente es clave para afrontar la situación, es normal ese período de duelo y de aislamiento, pero es preciso que en algún momento se terminé y se de paso a una nueva vida con la ausencia de esa pareja. Retomar las actividades sociales, aferrarse a los afectos, los hijos, los amigos, pedir ayuda y acepar cuando ésta se ofrece, emprender actividades gratificantes y estimulantes. En lugar de aferrarse a esa pérdida para justificar un sufrimiento eterno, utilizar ese duro golpe para salir fortalecido, sobreponerse y seguir adelante pese a lo dolorosa que pueda haber sido esa pérdida; en otras palabras:

Resurgir de las cenizas como el ave Fénix.