Obsesiones en los niños

Las más comunes están asociadas con la higiene, los rituales para ir a la cama, la repetición de determinadas acciones…

El lavado de manos
La obsesión por el lavado de manos es una de las más frecuentes

Las manías son hábitos, costumbres, que los niños repiten y los ayudan a controlas aspectos externos. En la medida que los niños crecen, este tipo de conductas se refuerzan o desaparecen. Si se reesfuerzan y perduran en el tiempo, pueden incluso a llegar a interferir con la vida cotidiana y ahí estamos hablando de obsesiones.

¿Qué son las obsesiones?

Son pensamientos, ideas o comportamientos repetitivos, no deseados e inquietantes que aparecen repetidamente y no se pueden controlar, causando un elevado nivel de ansiedad y temor recurrente. Los niños suelen avergonzarse de estas obsesiones y compulsiones, pero no las puede evitar por temor a que ocurra algo malo si no las cumple.

Las conductas obsesivo compulsivas pueden aparecer a cualquier edad. En los niños generalmente comienzan entre los 7 y los 10 años. Las más comunes en la infancia son:

  • Conductas repetitivas, rituales para ir a la cama, higienizarse o para vestirse
  • Lavado frecuente de manos y preocupación por contraer enfermedades
  • Necesidad de que antes de dormir se les cuenten las mismas historias o cuentos ya conocidos, ya que estos los ayudan a estabilizar sus expectativas
  • Ordenar
  • Repetir una acción varias veces hasta hacerla bien
  • Contar objetos hasta determinado número
  • Acumular objetos
  • Necesidad de simetría
  • Temor a causar daño o a que algo malo le pase algún miembro de la familia
  • Ideas agresivas

¿Cuándo se considera que el niño presenta conductas obsesivo compulsivas?

Cuando este tipo de comportamientos ocupan tanto tiempo que interfieren e impiden la rutina diaria y realización de actividades cotidianas. Cuando los niños no pueden llevar a cabo el comportamiento compulsivo, los invade una ansiedad desmedida que la manifiestan a través de gritos, llanto, agresividad hacia sí mismos o los demás. En los niños, con trastorno obsesivo compulsivo, los comportamientos compulsivos predominan sobre los pensamientos obsesivos.

Tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo en niños

Un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado al aparecer los primeros síntomas, es fundamental para mejorar la calidad de vida del niño y prevenir que el trastorno avance hacia un estadio más serio.

En general la gran mayoría de los niños tratados con una combinación de tratamiento psicológico cognitivo conductual llamado de exposición y prevención de respuesta y un fármaco del grupo de los antidepresivos inhibidores selectivos de recaptación de serotonina.

Una parte del tratamiento conductual, trata de enseñar al niño y a sus padres a hablar de una manera distinta sobre el trastorno obsesivo compulsivo y diferenciar lo que es el niño de lo que es su trastorno. Se enseña al niño a anticiparse a los pensamientos involuntarios y a evitar la compulsión. Un ejemplo es en el caso de aquellos niños cuya obsesión es el lavado de manos; se les hace tocar el pestillo de una puerta y resistir el impulso compulsivo de lavarse las manos. Para ello, se practican ejercicios de relajación, de distracción y de valoración real del riesgo de no lavarse las manos, con el fin de disminuir la ansiedad sin tener que llegar al acto compulsivo. Progresiva y lentamente el niño va eliminando las compulsiones más sencillas.