Convulsiones febriles

Son inofensivas y pasajeras

Convulsiones febriles

Las convulsiones febriles son desencadenadas por la fiebre y ocurren en general en niños sanos de entre los 9 meses y los 5 años de edad. Son más frecuentes en niños pequeños y suelen ser hereditarias.

La mayoría de las veces, ocurren en las primeras 24 horas de una enfermedad y no siempre cuando la fiebre está más alta. Cualquier resfriado o infección de oído puede desencadenar este tipo de convulsiones pasajeras.

Solamente 1 de cada 100 episodios de convulsiones, está asociados a epilepsia o infecciones recurrentes.

0,1% de las convulsiones febriles son como consecuencia de meningitis.

Factores de riesgo:

  • Herencia familiar: Cuando hay en la casa otros hermanos que han tenido convulsiones febriles, es más común que ocurran también en los nuevos miembros de la familia
  • 1 de cada 4 niños que experimenta una convulsión febril, puede presentar otra el mismo año
  • Niños que presentan retraso en el desarrollo, han estado en incubadora o en unidad de cuidados intensivos para bebés prematuros
  • Síntomas

    Hay dos tipos de convulsiones simples y complejas:

    • Convulsión simple: Es la más frecuente, suele durar entre unos segundos y unos 10 minutos y termina sin intervención. Pasada la convulsión sobreviene el llanto, la confusión y sueño
    • Convulsión compleja: Si la convulsión dura más de 15 minutos, sucede solamente en una parte del cuerpo o se repite durante la misma enfermedad, no es una convulsión normal. Se tarta de una convulsión compleja y puede requerir de medicación intravenosa para que se detenga

    Las convulsiones febriles, pueden comenzar con una contracción súbita de los músculos del niño e incluir:

    • Llanto o gemidos
    • Fiebre de 39º o más
    • Pérdida de conciencia
    • Si es un niño que ya camina y esta de pie, es probable que caiga al piso
    • Puede ser que vomite y se muerda la lengua
    • Ojos que se van para atrás
    • El cuerpo puede sacudirse rítmicamente, con movimientos espasmódicos y temblores y no responder al llamado de sus padres
    • La contracción muscular puede extenderse sólo por unos segundos o más
    • Puede pasar que el niño se orine encima aunque ya controle la orina
    • El niño puede quedar azul como consecuencia de la falta de oxígeno

    Cómo actuar durante la convulsión

    • Colocar una cobija debajo del niño si el piso es muy duro para amortiguar el golpe al caer
    • Quitar de alrededor los objetos que pudieran resultar peligrosos
    • Moverlo solamente si está en un lugar que pueda resultar peligroso (cerca de una estufa por ejemplo)
    • Si vomita, acumula saliva o mucosidad en la boca, colocarlo boca debajo de modo de facilitar la expulsión de los fluidos. Igual si la lengua obstruye las vías respiratorias
    • Aflojar cualquier ropa que pudiera estar muy ajustada, especialmente en la zona del cuello
    • No intentar frenar los movimientos de la convulsión
    • No colocar nada dentro de la boca del niño para impedir que se muerda la lengua, ya que esto puede resultar más peligroso
    • Focalizarse en bajar la fiebre con trapos húmedos tibios (no fríos) y supositorio de paracetamol
    • Una vez que terminó la convulsión se puede administrar paracetamol vía oral

    Pronóstico

    Las convulsiones febriles son inofensivas y no hay evidencia de que causen epilepsia, lesiones cerebrales, problemas de aprendizaje, ni disminución del coeficiente intelectual.

    En general suelen superarse a los 5 años de edad. Hay niños que tienen 3 convulsiones febriles en toda su vida. La cantidad no se asocia con el riesgo futuro de epilepsia. Sin embargo, es probable que los niños que vayan a desarrollar epilepsia tengan sus primeras convulsiones durante la fiebre. Pero estos ataques no son, generalmente, como una convulsión febril típica.