Los reflejos en el bebé

La belleza del nacimiento permite que desde el primer momento en el que un bebé se enfrenta al mundo y su entorno, cualquier movimiento que registre no obedece a otra cosa más que a los que se denominan como “movimientos automáticos”.

Los reflejos en el bebé

Los movimientos automáticos vienen a ser una especie de reflejos condicionados por la propia finalización de su sistema nervioso, que encuentran su origen en estímulos sometidos por el entorno, por lo que no se debe atribuir una “intención” por parte del bebé necesariamente.

En la medida en que los recién nacidos afrontan las distintas etapas de su crecimiento, uno puede darse cuenta de la forma en que madura su sistema nervioso y, con ello, también la capacidad de controlar los movimientos a los que hicimos referencia anteriormente, pues ya adquieren algo de conciencia respecto de lo que hacen, por decirlo de alguna manera.

Aún cuando los estudios no dejan un rastro certero en torno a la razón por la cual existen los llamados “movimientos automáticos”o reflejos en el bebé, se estima por parte de los expertos que obedece a una especie de protección para con la especie, lo cual no estaría muy alejado del plano de la lógica, ciertamente.

Existen diversos reflejos que pueden encontrarse en los bebés que están ya salientes de la etapa posterior al postparto. Aquí, una breve referencia de cada uno de ellos para así dar a entender de mejor forma a los padres:

Reflejo de moro

Consiste en sujetar al bebé de los brazos -estando éste acostado-, aplicando además un poco de fuerza hacia arriba para inclusive llegar a levantarlo un poco de la posición en la que se encuentra su cabeza, para luego soltarlo de forma repentina, donde procederá a abrir los brazos y las manos, los cuales luego vuelve a cerrar como dando un abrazo. Este reflejo puede observarse hasta los dos meses, luego desaparece completamente.

Reflejo de prensión

Este es quizás uno de los reflejos que más se ha apreciado por los padres, pues consiste en la capacidad de apretar todo lo que llega a rozar sus manos. Por lo general los padres suelen poner su dedo meñique o índice, el que es apretado fuertemente por el bebé. Este reflejo desaparece a los 5 o 6 meses de vida aproximadamente.

Reflejo de puntos cardinales

Este es un reflejo bastante interesante de practicar con el bebé, pues cuando se le toca la piel en la cara, suele moverse inmediatamente hacia ese lado, por ejemplo, si tocamos su mejilla derecha, la vuelve a su cara hacia ese lado, si se toca el labio superior, mueve la cabeza hacia arriba. Este reflejo sirve al pequeño bebé para conseguir coger bien el pecho, razón por la cual es muy importante el observarlo desde el comienzo.

Reflejo de marcha automática

Comúnmente se puede ver cómo los bebés de poco tiempo de nacidos suelen observar una conducta particular, la cual consiste en tratar de dar pequeños pasos cuando se les sujeta desde las axilas y sienten que sus pies rozan una superficie. El reflejo desaparece al poco tiempo de nacido, para luego dar pie al “arrastre” y luego a los primeros pasos.

Con todo lo anterior, podemos ver cómo los pequeños niños ya tienen claras manifestaciones de estar en constante comunicación con el entorno, a pesar de no ser capaces de comunicarse de la misma forma en que lo hace un niño más grande o un adulto, mostrando con ello su espíritu de supervivencia.