Cómo, cuándo, qué - Educación sexual a los hijos

Como, cuando, que

Sin duda uno de los temas que más trabajo cuesta enfrentar cuando se tienen hijos. Existe una línea demasiado delgada entre la intimidad y la exposición de la vida sexual propia y, es precisamente este matiz lo que hace de “hablar de sexo” con los hijos algo que, generalmente, se tiende a retrasar al máximo.

Sin embargo, conviene tener presente que los “tabúes” son únicamente propiedad de los adultos, los niños son seres que pueden entender con total naturalidad cualquier explicación dada desde el respeto y la seriedad y, cuanto más pequeños son más fácil resulta explicarles todo lo que deben saber – abordando el tema por etapas en función de la edad- sobre el sexo.

Sexo, un asunto vital

Las relaciones sexuales forman parte de un proceso vital inherente al individuo y, como en todas las áreas de la vida y, principalmente si abordamos los instintos, la formación es una pieza clave en su educación.

La asunción de responsabilidades, los valores inherentes a la persona; el compromiso, la honestidad, la generosidad, la responsabilidad, todos ellos son conceptos que deben ser utilizados cuando se aborda la sexualidad con un hijo.

Conceptos y definiciones aplicadas a la edad

  1. La etapa de los genitales
  2. Como norma general, la educación sexual debe comenzar cuando el niño tiene cuatro o cinco años, la denominación de los genitales y su utilidad dentro del cuerpo humano son conceptos de obligado cumplimiento a esta edad.

  3. La procreación
  4. Más adelante, cuando el niño cumpla 10 o 12 años y si es niña, aún con mayor razón, el funcionamiento de procreación debe ser explicado llamando a las cosas por su nombre, informando de las ventajas y los inconvenientes y, sobre todo, comenzando con la educación profunda en materia de prevención de embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual.

  5. El placer
  6. Con la llegada de la adolescencia, es conveniente abordar una tercera etapa de la que habitualmente no se habla mucho. El sexo como instinto y como placer inherente al ser humano. Es aquí donde se debe hacer hincapié sobre la responsabilidad con mayúsculas con la que hay que vivir la sexualidad, especialmente en la adolescencia.

    Adicionalmente, es fundamental en esta edad que conozcan el argot utilizado en la calle, qué significan cada uno de los términos que van a comenzar a escuchar, el por qué de algunos conceptos y la razón por la que hay que evitar vivir la sexualidad como algo carente de compromiso. Es evidente que no nos referimos hacer una apología del “sexo con amor” y “ nada de sexo hasta el matrimonio”, más bien nos referimos al compromiso relacionado con el autocuidado, el respeto por uno mismo y por la otra persona, la honestidad de ambas partes y la responsabilidad con sus vidas.

    Confianza y respuestas

    Cuando los padres aborden el sexo como tema familiar, deben tener presente que también es un tema que invita a la intimidación. Los niños comienzan a masturbarse entre los dos y los cuatro años como parte normal dentro de su proceso de autoconocimiento y desarrollo.

    Evidentemente, abordar el sexo en familia supondrá un ejercicio de confianza, apertura y honestidad para dar respuestas planteadas que servirá como proceso de aprendizaje mutuo, tanto para los padres como para los hijos.

    Evitar preguntas despierta su curiosidad

    Es fundamental que ninguna de sus dudas y preguntas queden sin respuesta. Siguiendo la escala de valores y creencias de cada familia y, siempre respetando la edad del niño, cada duda planteada debe tener como respuesta un concepto honesto y real que sea un fiel reflejo de la situación. Si usted elude las respuestas o no es capaz de hablar de algunas cuestiones planteadas, los niños entenderán que el sexo es un tema oculto, prohibido y, por lo tanto, mucho más atrayente de lo que seria si supieran las respuestas a su curiosidad.

    Qué se debe explicar

    En primer lugar el nombre y funcionamiento interno y externo de los genitales masculinos y femeninos.

    Tal y como indicábamos antes, llegada la adolescencia o la edad en la que las niñas presentan su primera menstruación, el argot con el que se conocen los términos sexuales en la calle. Tenga presente que ellos van a acceder a esta forma de expresión, en el colegio, con el grupo de amigos, en su relación con los pares. Es por esto que es fundamental que usted, como adulto responsable, le indique qué es, qué significa y, sobre todo, qué se quiere decir cuando se habla de ello, a su hijo.

    Y, por último deben saber que es a través del sexo como se crea vida. Qué hay que hacer para prevenirlo cuando aún no se han terminado de formar y sus condiciones de vida no son aptas para afrontar la paternidad y, cuales son y como prevenir las enfermedades de transmisión sexual.

    Errores habituales

    Uno de los principales errores en los que incurren algunos padres es, no abordar la sexualidad hasta que los hijos son adolescentes. Este es un error de muy alta transcendencia. Debe saber que la exposición externa de nuestros hijos es muy alta – los medios, Internet, el entorno- han provocado un adelanto considerable en la “madurez” de nuestros hijos, entendiendo por madurez, el acceso a temas, conceptos y situaciones tradicionalmente destinados a los adultos.

    Esto significa que, lo que usted no quiera abordar, de lo que no se pueda hablar o lo que no se pueda preguntar en casa, no sólo despertará más curiosidad, los niños buscarán las respuestas fuera del hogar. Lo que sin ninguna duda, incrementa la posibilidad de adquirir conceptos parciales y erróneos.

    Consejos finales

    El cuerpo humano es un estupendo libro de texto cuando de educación sexual se trata. Los niños que crecen viviendo la desnudez como algo natural –siempre dentro de los límites de respeto por el prójimo- y sintiendo que su cuerpo humano es el medio del que se valen para transitar por la vida y aprovechar al máximo las oportunidades que ésta quiera ofrecerle, tendrán un elevado nivel de autocuidado, conocimiento y respeto por ellos mismos y por las personas con las que compartan su sexualidad.

    No se oculte. No se trata de explicitar su intimidad, únicamente de vivir la sexualidad como un instinto placentero, con capacidad de dar vida y, fuente del placer humano y es precisamente por este motivo que deben ser capaces de vivirla sanamente para que, en cada etapa de su vida, su sexualidad les brinde satisfacciones y no errores que haya que lamentar.