Placer sexual femenino

La mente es el órgano de placer sexual femenino por excelencia

Placer Sexual
Foto cortesía de Robert McDon - Flickr.com

Siglos de represión sexual

El placer sexual femenino ha sido históricamente relegado a causa de una cultura hegemónica patriarcal y machista en la que el mismo no tenía cabida. Previo al siglo XX las mujeres eran resumidas a aparatos reproductores absolutamente ignorantes de su cuerpo, a tal punto que durante mucho tiempo eran obligadas a bañarse vestidas para que no investigaran su anatomía. Al ser sus órganos genitales poco visibles a diferencia de los masculinos, la exploración y el descubrimiento de ellos implican una mayor investigación. Con el advenimiento de la píldora anticonceptiva en la década de los 60 y la revolución sexual, las cosas lentamente comenzaron a cambiar. El sexo dejó de estar directamente relacionado con la reproducción y la mujer pudo dedicarse a explorar su cuerpo, a sentir placer sexual y a disfrutar al máximo del mismo.

Igualmente, aunque las mujeres hayan hecho conquistas significativas en lo que a sexualidad se refiere, muy lejos están de alcanzar la igualdad de derechos en relación a los hombres. La impronta de la mujer pasiva y sumisa, dominante durante siglos ha quedado muy marcada a fuego y a ello se suma el desconocimiento, la falta de educación sexual, lo que da como resultado millones de mujeres en silencio insatisfechas sexualmente.

Las nuevas generaciones tienen ventajas sobre las pasadas, la catarata de información que existe en la actualidad, los avances tecnológicos y de telecomunicaciones posibilitan acceso a datos que antes eran impensados. Hay una brecha muy grande entre las mujeres de más de 50 o 60 años y las de 20 en lo que a placer y satisfacción sexual respecta.

El famoso punto G

La existencia del famoso punto G revelada por el ginecólogo Ernest Gräfenberg en los años 50', no se trata en realidad de un punto especifico sino más bien de una zona, la parte más sensible de la vagina de la mujer que se ubica en los primeros 3 o 4 centímetros superiores de la misma. Previamente a la estimulación de este punto es preciso que sea estimulado el clítoris y una vez que esté sensibilizado por completo, continuar con la exploración para llegar al punto G. La ubicación del mismo y la satisfacción que produce, es muy variable de una mujer a otra, cuando la excitación esté al máximo y el placer sea sublime, es posible que se haya encontrado el punto G. Aunque no necesariamente con la localización de este punto se logre el orgasmo, sino que este puede conseguirse también tan sólo a través de la estimulación del clítoris, ya que es, según investigaciones realizadas por grupos feministas, el órgano sexual con más potencial de estimulación.

El mayor centro de placer femenino: Su cabeza

El órgano de placer sexual femenino por excelencia es el cerebro, encargado del procesamiento de los estímulos derivados tanto del cuerpo como de la mente. Si bien la respuesta sexual de la mujer es variable y no se puede establecer un patrón universal, se ha llegado a la conclusión después de muchos estudios e investigaciones, que la misma está asociada más directamente a evocaciones, ilusiones, añoranzas emocionales y a lo sensorial, en tanto que en los hombres más a lo visual.

Por otra parte, la excitación femenina requiere de mayor tiempo que la masculina y de un juego erótico previo (los besos, caricias, etc.) en el que lo emocional y las fantasías están muy presentes, y que además intensifica el orgasmo femenino.

Otras de las conclusiones que han arrojado los múltiples estudios realizados sobre sexualidad femenina, es que las mujeres son potencialmente multiorgásmicas y requieren ser estimuladas continuamente a lo largo del encuentro sexual.

Los especialistas sugieren el autoerotismo, la masturbación, como el primer paso para el autoconocimiento y reconocimiento del cuerpo femenino y consiguiente placer y satisfacción, a través del cual podrán posteriormente, explicar a su pareja sexual qué es lo que les gusta y lo que no.

Conclusión

Si bien la mujer ha realizado avances en lo que a su sexualidad, placer y satisfacción sexual se refiere, aún queda mucho camino por recorrer. Hay estudios que demuestran que de cada tres mujeres dos no están sexualmente complacidas o lo que es peor aún, nunca han experimentado un orgasmo. Esto demuestra que la sexualidad femenina no puede ser un tema tabú, sino que hay que abordarlo desde varios ángulos porque se trata de los derechos sexuales de las mujeres relegados durante siglos. Décadas de mujeres insatisfechas que han transitado por sus vidas sin saber lo que es un orgasmo. Para muchos tal vez esto resulte incomprensible, inimaginable, pero la realidad demuestra que el desconocimiento y la ignorancia de la mujer con respecto a su cuerpo y su sexualidad es muy grande.

En una clase sobre sexualidad, una chica le pregunta a la docente cómo podía saber si había tenido un orgasmo y antes de que la docente le respondiera, otra alumna le contesta: “Si estás preguntando cómo es un orgasmo, es porque nunca tuviste uno, porque si lo hubieras tenido te hubieras dado cuenta”. Muy claro y nunca mejor explicado, la docente quedó muda.