Tradiciones navideñas curiosas de la familia real británica

Al igual que otras familias inglesas, se reúnen, intercambian regalos, comen y beben, pero todas sus actividades están basadas en tradiciones y protocolo.

Tradiciones navideñas curiosas de la familia real británica
Kate middleton, príncipe Guillermo y sus pequeños hijos

Ser de la familia real implica amoldarse a tradiciones y protocolos y seguirlos al pie de la letra. Esto le está pasando a la flamante miembro de la realeza Meghan Markle (casada este año con el Príncipe Harry), quien pese a no ser amante del protocolo real, debe seguir los mandatos de la reina Isabel II, fanática de perpetuar las tradiciones familiares.

La Navidad es una celebración que se vive de manera diferente en los distintos países del mundo y a su vez cada familia tiene sus propias costumbres. Las tradiciones navideñas de la familia real británica son las siguientes:

Tarjetas de Felicitaciones de Navidad

Todas las navidades la realeza británica envía tarjetas de felicitaciones navideñas (“The Royal Christmas Card”) firmadas de puño y letra por la reina Isabel II y su marido. Las mismas van dirigidas para amigos, familiares, empleados más cercanos y miembros de la política como altos comisionados, generales y Primeros Ministros. Esta tradición que tiene más de 70 años, incluye la redacción de alrededor de unas 900 tarjetas que Isabel comienza a realizar con bastante anticipación.

Reunión de la familia en la residencia de invierno de Sandringham Estate

Entre el 19 y 20 de diciembre la reina Isabel y el rey Felipe se trasladan a la casa de campo de 32 kilómetros rodeada por jardines y en la víspera de la Navidad comienza a llegar el resto de la familia. Una costumbre familiar es llegar en tren, para lo que reservan un vagón completo para toda la familia en primera clase. Lo tradicional es que solamente la familia real, que incluye a los familiares directos de Isabel II y sus cónyuges legales, pase esta fiesta allí. Sin embargo, en este 2018 se rumorea que se realizaría una excepción y la madre de la duquesa de Sussex Doria Ragland (la única de la familia de Meghan que asistió a la boda) los acompañaría en la finca. Esto rompería absolutamente con lo acostumbrado y según se dice es “una señal de respeto por la duquesa”.

Los regalos de Navidad

La familia real abre los regalos tomando el té en la tarde del 24 de diciembre en el salón rojo de Sandringham, tal como lo dicta la tradición alemana de la cual el príncipe Felipe es descendiente, mientras los más pequeños dan los toques finales a la decoración del árbol. Los presentes que suelen intercambiar los miembros de la realeza, tienen como protocolo de regalos navideños ser pequeños, de bajo costo y divertidos y el intercambio de los mismos es supervisado por el príncipe Felipe. Un ejemplo de ello, es el regalo que en una Navidad el príncipe Harry le dio a su abuela: una gorra de baño con la leyenda “Life´s a bitch” (en español: “Esto no es vida, perra”). La difunta princesa Diana en una de sus primeras Navidades junto a la familia real, al no ser advertida de dicho protocolo, se lo salteó realizando un costoso obsequio a su cuñada la princesa Anne, un jersey de cachemira y quedando muy sorprendida al recibir a cambio un porta papel higiénico.

Cena principal

Esta cena se caracteriza por una estricta etiqueta de gala. Se realiza alrededor de las 20:15 y en ella se disfruta de un excelso banquete de tres platos elegidos personalmente por la reina.

Desayuno y misa

Por la mañana del 25 de diciembre, la familia real desayuna un tradicional desayuno inglés y posteriormente acude a una misa privada en la Iglesia de Santa María Magdalena.

Discurso Navideño de la Reina

La familia real se sienta junta, al igual que el resto del público inglés, a ver por televisión el discurso de la reina y una vez culminado toman el té con pastel navideño de frutas.

Caza del faisán evento de hombres

El día 26 de diciembre se organiza la tradicional caza del faisán, una tradición de la que participan únicamente los hombres de la familia. Es probable que la flamante esposa del príncipe Harry, Meghan Markle, no se sienta muy feliz al participar como espectadora de este evento, ya que es una declarada defensora de los animales. De hecho su marido no participó del tradicional viaje familiar de caza de aves silvestres que tuvo lugar en agosto pasado por amor y respeto a las convicciones de su esposa. También se había rehusado a ser parte de otra cacería, poco después de que se hiciera público su compromiso en diciembre de 2017, salteándose así los protocolos y dejando sorprendida a la familia real con su decisión.