La primera noche de paz

Hace 200 años Joseph Mohr y Franz Gruber compusieron una melodía que se volvería inmortal.

La primera noche de paz

La navidad ya está cerca y mientras la esperamos, a nuestra mente vuelven los recuerdos de añejas canciones que escuchábamos y cantábamos desde que éramos niños. Y entre todas ellas hay una que destaca especialmente, la archiconocida “Noche de Paz”.

En este artículo te contamos el origen de este villancico tan querido y cantado por millones en el mundo y que es considerado por muchos el más antiguo de todos.

Había una vez

La historia nos remonta a la localidad de Oberndorf en Austria, donde el sacerdote Joseph Mohr se encontraba listo para oficiar la misa de gallo de la navidad de 1818 en la pequeña parroquia de San Nicolás, cuando de pronto advirtió que el órgano con el que solían cantarse las alabanzas se había deteriorado.

Buscando soluciones rápidas, se le ocurrió improvisar una canción que pudiera interpretarse tan solo con una guitarra y así escribió Stille Nacht. Cuando ya tenía lista la letra, le pidió al profesor de la escuela local, Franz Gruber que la dotara de música.

Stille Nacht, traducida posteriormente al castellano como Noche de Paz, fue interpretada por primera vez hace 200 años, en la navidad de 1818 por el propio Joseph Mohr en la iglesia de San Nicolás, el profesor Gruber lo acompañó con la guitarra.

Destino turístico

La iglesia donde se presentó por vez primera este popular villancico ya no existe, tuvo que ser demolida a inicios del siglo XX debido a que quedó muy dañada a causa de una inundación. En su lugar se levanto la Capilla Memorial Noche de Paz como homenaje a las memorias del sacerdote y el profesor, autores de esta inmortal melodía.

La popularidad de esta canción fue tanta, que trascendió fronteras y se tradujo a más de 140 idiomas. En 2011 fue declarada Patrimonio Intangible de la Humanidad por la Unesco.

El pueblo de Oberndorf es en la actualidad destino obligado de turistas en épocas navideñas, quienes pueden visitar la capilla y la casa donde vivió el profesor Gruber, que hoy en día es un museo en donde los visitantes pueden ver la guitarra con la que se interpretó el villancico por primera vez.