El deseo de no tener hijos

El deseo de libertad e independencia es más fuerte que el mandato y la presión social.

El no querer tener hijos

Cada vez es más común ver a mujeres que postergan la maternidad en pos de sus estudios, de su realización profesional y personal y esto está medianamente aceptado por la sociedad en su conjunto. Ahora también se está haciendo frecuente, el ver a mujeres que directamente no desean ser madres ni ahora ni nunca y que su decisión está muy meditada y es definitiva.

Antes en todas las familias había una o dos mujeres que habían quedado solas y sin hijos, por distintos motivos, porque habían asumido el rol de cuidadores (que siempre recayó en la mujer) primero de sus hermanos más pequeños, luego de sus padres enfermos, etc., y así el reloj biológico llamó a su puerta y ya era tarde para la maternidad. En esos tiempo no se cuestionaba, ni se preguntaba demasiado, el resto se compadecía de estas pobres mujeres a quienes el destino condenada a la soledad. Pero a nadie se le pasaba por la cabeza que pudiera tratarse de una opción personal y no una mala pasada del destino.

Hoy por hoy es bastante más común que las mujeres tomen este tipo de decisiones y se hagan cargo de ellas, pese a la mirada acusadora del resto de la sociedad. El Centro de Investigaciones Pew en los Estados Unidos reveló en 2008, que 1 de cada 5 mujeres no tenían hijos, cifra que duplica la de la década de los 70; que un 18% de las mujeres de entre 40 y 44 años ingresaba a la menopausia sin haber sido madre y que las mujeres blancas que trabajan y las profesionales, están más predispuestas a no tener hijos que las asiáticas y las negras.

La Dra. Jael Alatriste, Licenciada en Psicología Clínica por la Universidad Iberoamericana explica al respecto:

Este grupo de mujeres se quitó el yugo histórico que tuvo durante milenios, social, cultural e incluso religioso y se dio cuenta que en la vida no todo es la maternidad. Al estar a la par del hombre se redefinió el paradigma que teníamos de la mujer - madre. Ahora, puede ser todo menos eso, porque no les importa en lo más mínimo procrear

Entre los motivos por los que las mujeres no desean ser madres están:

  • Porque se centran en sus propios intereses y superación personal

  • Las mujeres que desean superarse primero se abocan de lleno a sus estudios, luego a su profesión y finalmente encuentran en ella su refugio. No están dispuestas a dejar de lado las satisfacciones que les ofrece ser independientes, no tener que dejar nada de lado por un imprevisto. Las mujeres que son madres saben y las que no también porque lo vena a diario, que la maternidad implica postergación, dejar de pensar en una misma para pasar a pensar y que la prioridad absoluta siempre sean los hijos. En este sentido, las mujeres que no desean ser madres podría decirse que son un poco egoístas, que sólo piensan en ellas y no están dispuestas a perder esa libertad, ni siquiera por un hijo.

  • Porque su propia historia es muy triste y no quieren repetirla

  • En este caso se trata de mujeres que tuvieron infancias complicadas, con carencias de afecto y atención, que no pudieron nunca identificarse con su madre. Por ello, por temor a repetir su propia historia, a no poder ser buenas madres, se niegan a la maternidad.

  • Porque no encuentran la pareja ideal

  • Es bastante común que a las mujeres que primero buscan su superación personal y luego un hombre ideal que no llega, con el cual compartir su vida y construir un proyecto de familia, las alcance el reloj biológico sin haber sido madres. En estos casos las mujeres si tienen el deseo de ser madres, pero las circunstancias o, inconcientemente ellas mismas, conspiran para que no lo sean.

Si bien es cierto que ser madre es lo más maravilloso que le puede pasar a una mujer, es también muy respetable el deseo de no serlo. Es preferible guiarse por los deseos y las decisiones personales y no tener hijos, que seguir el mandato y la presión social, tenerlos y luego no hacerse cargo. En este sentido es mucho más valioso y sincero sostener: No deseo ser madre; que serlo sólo biológicamente y no involucrarse nunca emocionalmente.