Riesgos de las cirugías estéticas
Junto con la evolución de la cirugía estética, también se han extendido las clínicas estéticas que no trabajan de forma seria y responsable. Veamos entonces algunos puntos que pueden ayudar a prevenir consecuencias graves.
Junto con la evolución de la cirugía estética, también se han extendido las clínicas estéticas que no trabajan de forma seria y responsable. Veamos entonces algunos puntos que pueden ayudar a prevenir consecuencias graves.
Riesgos y consecuencias más comunes
Los riesgos de la cirugía estética se dividen en dos grupos: riesgos estéticos y riesgos de salud.
En el primer caso, el riesgo se refiere a que los resultados no sean los esperados, y por lo tanto no satisfagan al paciente. En el segundo grupo se incluyen las consecuencias para la salud, que van desde secuelas motoras y funcionales, hasta trastornos psicológicos y de relacionamiento social.
Las causas pueden ser muy variadas, desde el uso de materiales o medicamentos que no son de buena calidad, hasta fallas en la administración de la anestesia, ya sea por las cantidades o por no haber chequeado correctamente la tolerancia del paciente. También existen fallas humanas de los profesionales que, muchas veces, son cirujanos pero no han hecho la especialidad en cirugía plástica, e incluso hay casos de médicos que ni siquiera son médicos.
Cabe aclarar que toda cirugía puede tener fallas.
Implante mamario
Esta es una de las cirugías estéticas con mayor demanda, también es una de las que representa más riesgo. Pueden ocurrir episodios de gran dolor, deformidad o infecciones que pueden provocar que la prótesis se encapsule y que sea necesaria una nueva intervención para retirarla. Por otro lado, si la prótesis no es de buena calidad puede romperse, desinflarse o perder relleno, todo esto provocará una reducción en el tamaño, pero también inflamación y mucho dolor.
Rinoplastia
La cirugía estética de nariz mal realizada puede tener consecuencias nefastas, generando defectos de muy difícil tratamiento. Los defectos más comunes son: achicamiento excesivo, pinzamiento en la punta y retracción de las narinas. Más allá del aspecto poco agradable que puede quedar a la nariz, el problema más grave es que puede quedar fallas funcionales como dificultades para respirar.
Cirugía para eliminar estrías
En este caso se trabaja la zona del vientre y las caderas, donde más aparecen las estrías. En esa zona una vez que la piel sufrió infección, inflamación, o úlceras, es muy difícil que vuelva a la normalidad, y se puedan eliminar los rastros de la mala cirugía y las estrías.
Trastornos psicológicos
Lo primero es realizar una prueba psicológica al paciente antes de practicarle una cirugía estética. Es muy importante la fortaleza emocional del paciente, que se trate de una persona estable desde el punto de vista emocional.
Una persona que está deprimida, ya sea por su aspecto o por cualquier otra razón, puede estar buscando soluciones en una cirugía estética que en realidad no están allí, por lo tanto los resultados pueden ser contraproducentes. La cirugía estética no logra recuperar parejas, ni mejores puestos de trabajo, ni más amigos.
Por último algunos pacientes llegan a ser adictos a la cirugía, nunca están conformes. Algunos cirujanos no se preocupan por este punto y operan a las personas todas las veces que quieren, en realidad luego de un determinado número de cirugías, a través del cual se puede presumir que la persona está teniendo un comportamiento obsesivo, el cirujano debería negarse a operar y sugerirle al paciente una consulta psicológica.
Como evitar riesgos
Antes que nada es importante tener en claro que toda operación tiene riesgos y que la mejor manera de evitar fallas es haciendo las cosas con calma y paso a paso.
El cirujano debe conocer las características orgánicas del paciente, si tiene alergias, diabetes, tolerancia a la anestesia, etc. Se recomienda realizar todos los exámenes previos necesarios, ya que puede suceder que el paciente tenga alguna patología, que por no ser de gravedad, aun no ha notado, pero que puede generar consecuencias graves en procesos operatorios.
Es recomendable consultar a más de un profesional, para tener diferentes opiniones y visiones, luego elegir el que genere más confianza. También estar seguros de que tanto el profesional como la clínica están correctamente autorizados por las autoridades estatales de salud correspondientes. Y seguir estrictamente las indicaciones de los cirujanos.