Frases célebres de Frida Kahlo
El sufrimiento y el dolor signaron su vida y su obra
El sufrimiento y el dolor signaron su vida y su obra
Frida Kahlo (1907 – 1954) fue una célebre pintora mexicana que estuvo casada con el muralista compatriota Diego Rivera y cuya vida desde pequeña se vio marcada por la desgracia. De niña padeció poliomielitis, en su juventud tuvo un gravísimo accidente que la mantuvo postrada por largo tiempo, llegando a ser intervenida quirúrgicamente hasta 32 veces para minimizar las secuelas. Además sufrió dos abortos y fue víctima de varias infidelidades de su marido, la que más le dolió fue la de este con su propia hermana Cristina.
Su vida fue poco convencional y en su obra pictórica es bastante autorreferencial y autobiográfica, en la que prima lógicamente el sufrimiento y el dolor.
Como suele suceder con muchos artistas, no fue sino hasta mucho después de su muerte, ya en la década de los 70 cuando su obra alcanzó verdadero reconocimiento internacional, pese a que en vida contaba con la admiración de reconocidos pintores e intelectuales de la época, entre los que destacan Wassily Kandinski, Pablo Picasso, Marcel Duchamp, entre otros.
Frida estuvo rodeada por el mundillo intelectual y político de la época, incluso llegó a ser amante del líder de izquierda León Trotski, durante uno de sus alejamientos de Diego Rivera.
En estas frases al igual que en su obra se refleja su más íntimo sentir:
Pies, ¿para qué los quiero si tengo alas para volar?
Esta frase fue extraída de sus diarios y hace referencia al accidente que a los 18 años la mantuvo postrada por mucho tiempo que fue cuando comenzó a incursionar en la pintura para paliar el aburrimiento.
Nunca pinto sueños o pesadillas. Pinto mi propia realidad
Intenté ahogar mis dolores, pero ellos aprendieron a nadar
Amurallar el propio sufrimiento es arriesgarte a que te devore desde el interior
Mi pintura lleva consigo el mensaje del dolor
Varias de sus obras representan de forma manifiesta el dolor y el sufrimiento de Frida: La columna rota (1944), se pintó desnuda y atravesada por una vara de metal y en Autorretrato con collar de espinas (1940), también se la ve padeciendo vívidamente el dolor.
Me pinto a mí misma, porque soy a quien mejor conozco
Doctor, si me deja tomar este tequila le prometo no beber en mi funeral
Entre todas las cosas que le pasó a Frida en su vida, además se volvió alcohólica para alivianar un poco el dolor físico y emocional por el que estuvo signada su vida. Sin embargo, nunca perdió su sentido del humor y así se hace manifiesto en esta frase.
Espero alegre la salida y espero no volver jamás
Estas fueron las últimas palabras escritas por Frida en su diario y hace referencia al último año de su vida, en el cual el dolor que la consumía era una constante. Ella murió el 13 de julio de 1954 a los 47 años en Coyoacán.