Tarot gitano, diferencias y similitudes con el tarot marsellés

Tarot marselles
flickr.com
flickr.com

El naipe que portan las adivinas gitanas deviene del Tarot de Marsella aparecido en Francia hacia el siglo XIV. Pero más atrás todavía hay una antecedente, para muchos, inequívoco, de que este instrumento de magia, juego y tradición fue creado en el antiguo Egipto, hace más de 5000 años.

Apuntando en esta misma dirección, las investigaciones que salieron en pos de contestar preguntas respecto al origen del pueblo gitano, también hacen referencia a Egipto: “gitano” proviene de “egiptano” de acuerdo a la raíz etimológica del término.

El Tarot Egipcio, consiste, básicamente, en una baraja de 78 naipes con diferentes figuras dibujadas, al igual que el Tarot de Marsella. La diferencia radica en que, mientras que el marsellés divide el mazo en dos grupos: 22 Arcanos Mayores y 56 Arcanos Menores, el egipcio no lo divide, concibiéndolo como un solo mazo de 78 cartas diferenciado en 4 palos: oros, copas, espadas y bastos.

Pues bien, la “Tirada Gitana” ha difundido por el mundo la noción del Tarot, el aura misteriosa de sus designios y es responsable de la fama que la cartomancia ha adquirido hasta hoy por todo occidente.

Esencialmente implicada en su popularidad está la circunstancia del nomadismo gitano. Los campamentos gitanos son un núcleo emisor de cultura que transmite un cúmulo de saberes y tradiciones muy heterogéneo.

Así como la tradición oral se ha pasado de generación a generación, también la filosofía de vida calé, ha enseñado este arte de la adivinación convirtiéndolo en una forma de interacción social que constituye también otra entrada económica al clan.

La “tirada gitana” no parece pasar de moda y aunque se ha cuestionado su eficacia repetidamente, por fuentes científicas o escépticas, sigue siendo una atracción en crecimiento entre la población.

¿Qué convierte esta consulta en algo tan atrayente?

¿Por qué seguimos buscando las respuestas en el ancestral mundo del ritual, en las sombras del mito y de los símbolos?

La respuesta podría estar relacionada con la inseguridad que está latente bajo la apariencia de una vida resuelta. La ciencia no ha hecho otra cosa que evitar contestarnos las preguntas más obvias:

¿Quién soy? ¿Para qué estoy? ¿Hacia dónde voy?

De esa “orfandad” surge aquel universo traumático, inconsciente, interno al ser humano que Jung y otros psicoanalistas llaman “el inconsciente colectivo”. En ese gran pozo hondo y fecundo de incertidumbres sobrevive el ayer, lo arquetípico y genesíaco de la raza.

La ciencia sigue corrigiendo sus hallazgos del pasado siglo. Hay una sensación de que las rectificaciones seguirán sucediéndose hasta el infinito. Y así es como, en la intuición de una desnudez intelectual permanente, el hombre del futuro regresa a la magia irracional, al consejo extraterrenal, al pronóstico de los videntes.

El consultante reconoce su deseo de orden, comparte su interés por resolver sus miedos, su avidez por conocer el camino y llega ante la mujer que dará lógica a las combinaciones de carta, a las posibles “trabas” y a las “probables” soluciones, como si se tratara de una compleja estadística de la física moderna.

Más allá de la credulidad ingenua y del escepticismo “repelente”, en estas líneas se describirá el clima de una “tirada de tarot gitano”.

  • El naipe debe estar envuelto en seda, preferiblemente de color negro. Esto es porque debe protegerse de la intrusión de “ondas” ajenas a la tirada propiamente dicha
  • Se usan sólo los 22 Arcanos Mayores y el consultante tiene que concentrarse en la pregunta que lo inquieta
  • Las cartas se disponen ordenadas en siete columnas y tres filas, aunque, en la columna central, en lugar de tres, como en las demás columnas, habrá cuatro naipes. De esta forma se ocuparán los 22 Arcanos Mayores formando un cuerpo de signos a interpretar
  • Las tres primeras columnas, por la izquierda, corresponden a la lectura del pasado del consultante. La columna más larga refleja el presente del consultante, siendo la carta solitaria, la carta kármica y personal, la que identifica al consultante
  • En la quinta columna podrán interpretarse las influencias negativas, las dificultades que hay en el camino y que representan los obstáculos relacionados con la pregunta inicial
  • Los aspectos positivos, que cooperan a favor de la evolución de la persona que hace la pregunta, se extienden en la sexta columna. Las cartas numeradas, con sus iconos representativos, su significado en los planos físico, psíquico y emocional guiarán, hacia la última etapa
  • La columna final que abre las soluciones al problema y sugiere la manera de propiciar un final feliz al dilema

Para los que creen, la tirada ofrece una salida, para los agnósticos, una opción terapéutica de deshago cuando se necesita o un juego que puede ser divertido y, en la opinión de los adversarios, aparece la sombra de la desconfianza, el temor al dolo, la ignorancia y a una confusión mayor.