¿Existe la media naranja?

La única motivación, la más sana para buscar a la otra mitad, la media naranja, debe ser el amor.

Amor - Media Naranja
Foto cortesía de Auzigog - Flickr.com

Origen de la expresión “media naranja”

El origen de la expresión “media naranja” se origina de un mito griego de Aristófanes plasmado en “El Banquete” de Platón.

Según este mito, al principio de la humanidad los seres humanos eran de forma esférica, igual que las naranjas, tenían los dos sexos (femenino y masculino) contaban con dos caras, una opuesta a la otra pero en una sola cabeza, tenían cuatro piernas y cuatro brazos, se trasladaban rodando y vivían perfectamente en armonía, sin necesitar nada más que a ellos mismos para ser felices.

Estos seres eran tan vanidosos, tan arrogantes que osaron desobedecer y enfrentarse a los dioses para disputarse el poder de los cielos, por lo que Zeus, rey de los dioses olímpicos, dios del cielo y el trueno, les impartió como castigo el ser divididos en dos por un rayo. Como consecuencia de esto, se dice que los seres andaban por la vida en la búsqueda permanente de su otra mitad, de su media naranja, para estar plenos, completos definitivamente y que cuando la encontraban, se unían en un abrazo eterno hasta que morían extenuados.

El mito culmina con Zeus conmovido por la desventura de estos seres que andaban perdidos en la búsqueda constante de su otra mitad, decidiendo ordenar que los rostros de estos sean girados hacia el mismo lado que su sexo, de modo que cuando se junten con su otra mitad puedan hacer el amor y reproducirse.

La media naranja en el amor

Todos los seres humanos como seres sociales que somos, buscamos vivir en comunión con otros seres, establecer vínculos. En esta búsqueda se vuelve una constante la de encontrar a una persona con quien compartir la vida en común, un amor. Ese otro con quien sentirse plenos y completos.

Tal vez esto no sea más que otro de los tantos mandatos culturales que han convencido durante siglos a los seres humanos, de que la única forma posible de vida es en pareja. Y por ello, todos los seres están en la constante búsqueda, como en el mito de Aristófanes, de su otra mitad, de esa media naranja, de ese ser ideal, de ese amor de la vida, que los haga sentirse en plenitud y eternamente satisfechos.

Es así que miles de personas se embarcan en proyectos de búsqueda de una pareja ideal, en agencias matrimoniales, programas televisivos, sitios de Internet, redes sociales, chats, clubes de solteros, citas a ciegas, etc. con la ilusión de encontrar a ese ser ideal al que anhelan. ¿Pero existe?

¿Realmente existe la media naranja?

Cada vez son más frecuentes las rupturas, las separaciones, los divorcios y las personas que vuelven a rehacer su vida junto a una nueva pareja. Esto tal vez eche un poco por tierra el mito de la “media naranja” como un único ser que completa al individuo, sino que dependiendo de las etapas de la vida, de los momentos personales de cada uno, de los intereses, puede haber más de una “media naranja”,que tal vez no lo sea eternamente. No existe algo así como un único amor para toda la vida, sino que en algunos casos uno se puede volver a enamorar y encontrar otra vez a su “media naranja”, ese ser que lo llene, lo satisfaga, lo haga feliz.

Pero estar en pareja, encontrar el amor no puede transformarse en el único objetivo de la vida de alguien, porque éste cuando tiene que llegar, lo hace sin pedir permiso, y probablemente cuanto más se busque menos se encuentre.
Además, unirse con alguien solamente para juntar dos soledades, es el peor error que dos personas pueden cometer. Cada individuo no es una mitad de otro, cada uno es una individualidad completa, una naranja entera, que puede hallar la felicidad independientemente de encontrar el amor o no. El estar completo, no se limita al estar en pareja, para estar bien con otro, uno primero tiene que estarlo consigo mismo.

Sin dudas que compartir con alguien la vida es muy bueno y encontrar el amor es fantástico, pero esto no necesariamente implica que todos tengan una “media naranja”, única en el mundo, un otro ideal. Porque tal vez con esa concepción errónea del ser ideal de la “media naranja”, las personas pasan sus vidas buscando algo que no existe y dejan pasar posibles relaciones en las que, aunque lejos de la idealización, podrían encontrar el AMOR, que es lo único y verdaderamente importante.