Trotar en el embarazo
Es posible siempre y cuando la mujer ya lo hiciera antes y siempre con algunos cuidados
Es posible siempre y cuando la mujer ya lo hiciera antes y siempre con algunos cuidados
El ejercicio físico en el embarazo no sólo no está contraindicado, sino que todo lo contrario es considerado muy beneficioso. Claro que si la futura mamá no ha realizado actividad nunca antes en su vida, tal vez este no sea el mejor momento para hacerlo. Pero en aquellas mujeres que han practicado deportes toda su vida, están acostumbradas y entrenadas, la gestación no debe ser un impedimento para seguir haciéndolo.
Si bien es cierto que hay determinados deportes que están prohibidos durante el embarazo como los de alta competición, los de contacto o los extremos, el trotar no es una actividad que pueda presentar mayores inconvenientes.
Si no se trata de un embarazo de riesgo y la embarazada ya trotaba antes de la gestación, puede seguir ejercitándose como lo hacía antes aunque teniendo en cuenta algunas recomendaciones:
Consultar con el médico
Lo más importante es antes de tomar cualquier decisión, consultar previamente con el ginecólogo. Nadie mejor que él para evaluar la situación y decidir que es lo mejor. Hay que recordar que cada embarazo es distinto y aunque una mujer haya tenido otros embarazos normales durante los cuales practicó deportes, quizás en este deba tener mayores cuidados.
Modificar el entrenamiento
Por más que la futura mamá sea una deportista muy entrenada, su cuerpo cambia durante la gestación. Por lo cual la resistencia no será la misma que antes y a medida que avanza el embarazo el aumento de peso hará que se sienta más pesado el cuerpo. Por ello, habrá que recorrer distancias menores con un ritmo más suave y tal vez descansos más frecuentes. Además también es muy importante elegir rutas en las que el terreno esté despejado, en lo posible pasto para minimizar el impacto, sin desniveles, altimetría ni nada que pueda favorecer algún tropezón o caída. En tanto se desarrolla el embarazo, sobre todo en los últimos meses, después del quinto mes, quizás sea mejor dejar de trotar y realizar caminatas rápidas acompañadas del movimiento de brazos. Ya que el peso del útero cambia el centro de gravedad, dificultando el equilibrio al correr lo que aumenta el riesgo de las caídas.
No exigirse
El embarazo no es momento para exigirse igual a como se hacía antes. Si algún día el cuerpo no se siente con la energía suficiente, lo mejor es dejarlo descansar.
Calentamiento y elongación
El cuerpo de una mujer embarazada carga un peso mayor, por ello el calentamiento y la elongación cobran un papel más que importante en la prevención de tirones, desgarros o lumbagos.
Evitar las horas de máximo calor
No salir a trotar al medio día ni en las primeras horas de la tarde en los días de más calor. Lo ideal es temprano en la mañana, ya que por la noche aunque el clima sea apropiado, la visibilidad no es buena y es importante que la mujer embarazada pueda ver el terreno por el que trota.
Hablar al trotar
Si se suele salir a trotar con alguien más, hablar durante se trota es una buena forma de comprobar si el ritmo que se lleva es suave y el indicado para la gestación.
El objetivo de trotar debe ser el de oxigenar todos los circuitos del organismo, lo cual aumenta la llegada de oxígeno a la placenta, mejorando el crecimiento y bienestar del feto, no el de baja una marca o perder peso.