Alimentación para bebés de 6 a 12 meses
A partir de los 6 meses los requerimientos energéticos del bebé aumentan y necesitan de la incorporación de otros alimentos, además de la leche materna que complemente su alimentación.
A partir de los 6 meses los requerimientos energéticos del bebé aumentan y necesitan de la incorporación de otros alimentos, además de la leche materna que complemente su alimentación.
A partir los 6 meses el bebé está listo para consumir otros alimentos además de la leche materna, que hasta ese momento había sido su alimento exclusivo, ya que ha madurado fisiológica y neurológicamente como para recibir, digerir (su sistema digestivo ya está lo suficientemente maduro) y absorber otros alimentos diferentes a la leche.
Además de estar preparado fisiológicamente para incorporar nuevos alimentos, su organismo necesita de la energía y los nutrientes que estos aportan para continuar creciendo y desarrollándose, dado que los requerimientos nutricionales aumentan con el paso de los meses. Y si bien la leche materna continua siendo una importante fuente de calorías, nutrientes y protege al bebé (inmuniza) de diversas enfermedades la demanda energética es otra a partir de los 6 meses.
Al comienzo los alimentos deben darse al bebé entre las tomas de pecho o biberones, para no sustituirlos. Y recién cuando el bebé come una comida completa, es decir primer plato y postre, se puede sustituir el pecho o biberón correspondiente.
Comenzando a incorporar alimentos
- A los 6 meses
- A los 7 meses
- A los 8 meses
- A los 9 meses
- A los 10 meses
- A los 11 meses
- A los 12 meses
En general, cuando se comienzan a incorporar los alimentos a la dieta del bebé, se empieza con el puré de frutas (banana y manzana, aunque dependiendo del país y de la fruta de estación se puede variar), que al ser dulce es más fácilmente aceptado por este y además es un importante aporte de energía por ser fuente de carbohidratos, fibras, antioxidantes, minerales y vitaminas. Aproximadamente a los 15 días de haber comenzado con la fruta se puede empezar con la verdura (puré de papa, zapallo, zanahoria, con una hoja de espinaca y unas gotas de aceite de oliva o girasol). Las verduras también aportan minerales y vitaminas muy importantes para la nutrición del bebé. El puré debe ser suave, espeso, apenas deslizarse en el plato y puede estar acompañado con un poco de leche materna o de fórmula, para que el niño lo acepte mejor y además se facilite su digestión.
A los 10 días, aproximadamente, de haber comenzado con las verduras se puede agregar la carne (proteínas de origen animal) a la alimentación, ya que ahora el bebé está listo para asimilar proteínas más complejas que las de origen vegetal. Las carnes pueden ser de vaca, pollo (sin piel) o cordero, sin grasa, a la plancha, hervida o a la parrilla. Se debe agregar, aproximadamente, una cucharada bien picada (no procesada ni licuada ya que así no se estimula la bebé a que mastique ni se le permite identificar sabores y texturas distintas) al puré de verduras.
Al comenzar a comer alimentos sólidos, el bebé necesitará beber líquidos, si bien hay muchos pediatras que no recomiendan los jugos de frutas cítricas en esta etapa por ser fuente de alergenos (los aconsejan después de los 8 meses), hay otros que igualmente recomiendan jugo de naranja y zanahoria a partir de los 6 meses de edad. Sino el agua es siempre una excelente alternativa.
Se incorporan los cereales: Arroz, maíz y avena, que aportan proteínas, vitaminas, minerales, ácidos grasos y tienen un alto valor energético.
Se introduce el trigo y la cebada en galletas, pan, fideos, etc.
A los 9 meses se puede incorporar a la dieta el pescado, que se introduce unos meses después que las otras carnes dado a que es una fuente de alergenos. Se aconseja un pescado sin espinas cocido a la plancha o hervido, mezclado con el puré de verduras.
También se pueden introducir derivados de la leche como el queso, las cremas, flanes, arroz con leche, etc.
A los 10 meses se introduce el huevo, primero la yema y alrededor de los 15 días la clara (ya que es alergeno). El huevo se debe cocinar muy bien e incorporarse al puré de verduras, no más de 1 o 2 a la semana. También se incorporan leguminosas como garbanzos, judías.
Pueden comenzar a ofrecerse queso crema, gelatinas y otros alimentos del estilo.
Al cumplir el año el niño ya puede comenzar a incorporar todo tipo de alimentos y a sentarse a la mesa con su familia y comer lo mismo que ellos. De todos modos se aconseja que la introducción de nuevos alimentos y sabores se haga paulatina y progresivamente, para que el niño pueda ir adaptándose de a poco.