Consejos para ayudar al bebé a probar nuevos alimentos
No obligarle pero ser perseverante, crear un ambiente agradable entorno a la comida, predicar con el ejemplo, agregar los nuevos alimentos de forma gradual y hacer al niño participe del proceso de compra y elaboración de la comida es de gran ayuda.
No obligarle pero ser perseverante, crear un ambiente agradable entorno a la comida, predicar con el ejemplo, agregar los nuevos alimentos de forma gradual y hacer al niño participe del proceso de compra y elaboración de la comida es de gran ayuda.
Los bebés y niños pequeños cuando comienzan a incorporar alimentos sólidos a su dieta, pueden manifestar, en algunos casos, miedo a probar alimentos nuevos (neofobia alimentaria). Esta actitud es frecuente entre los 2 y 5 años. Que ellos superen ese temor, depende en gran medida de los padres o adultos a cargo. Si la madre, por ejemplo, mantiene durante el embarazo y la lactancia una dieta selectiva y pobre, predispone a su hijo a ser también selectivo con la comida. Lo mismo que, si durante la primera infancia en la familia la alimentación no es balanceada, no incluye frutas, verduras y demás, es muy difícil transmitir al niño aquello que no se da como ejemplo.
La alimentación infantil puede resultar muy estresante en las primeras etapas, y es en ellas, justamente, donde se comienzan a incorporar los sabores y gustos que acompañarán por el resto de la vida. En este marco, es importante tener en cuenta algunos consejos para hacer esta etapa más llevadera.
Seguidamente les presentamos algunos tips para ayudarlos a incorporar nuevos alimentos.
- Evitar obligarlo, crear ansiedad, gritar, amenazar y chantajear al momento de alimentar al niño.
La nutricionista y psicóloga española Edurne Maíz, indicó:
Hay que tener muchísima paciencia, sabiendo que es algo normal en el desarrollo del niño. Cuando el niño dice que no quiere probar algo, lo que no hay que hacer es obligarle, pues con ello se consigue que sean más neofóbicos.
El niño relaciona su rechazo a una obligación o enfado del padre o la madre, no disfruta del alimento, y se generan experiencias negativas con el alimento que van a llevar a no querer probarlo.
- Tener paciencia y ser respetuosos con los tiempos del bebé al momento de comer, investigar, probar y saborear nuevos alimentos.
- Incorporar nuevos alimentos de forma lenta, progresiva y gradual en los menús diarios. Comer todos juntos en familia el mismo menú, ayuda a que el niño aprenda por imitación.
- Evitar incurrir en cambiar lo que no le gusta, por aquello que sí apetece, y ofrecer siempre lo que el niño rechaza como primera opción, que es cuando más hambriento está.
La nutricionista Laura González, responsable de salud y nutrición de Nestlé España, comentó al respecto:
No hay ni que forzar ni castigar al niño por no comer, ya que se refuerza una conducta negativa; tampoco obligar a que se coma todo el plato, pero cuidado que no se acabe solo lo que le gusta, y deje, por ejemplo, la guarnición de verduras.
- Hacer partícipe al niño del proceso de compra de los productos y elaboración de la comida. Aquí encontrarán algunas recetas fáciles para niños.
- Esforzarse para hacer una buena presentación del plato, atractiva para la vista, favoreciendo así que el niño se sienta tentado a probar un nuevo alimento.
- Seguir ofreciendo, al bebé o al niño pequeño, aquellos alimentos que ha rechazado en nuevas oportunidades. No desistir. En algún momento, probablemente pruebe, le guste y comience a comer.
La logopeda Paquita González, parte del equipo multidisciplinario de trabajo de la unidad de trastornos de la conducta alimentaria en la primera infancia (menores de 0 a 6 años) del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, aconseja sobre este punto:
En 10-15 veces que se lo presenten suelen aceptarlo. No se debe dejar de ofrecer, hay que insistir un poco, pero sin olvidar que todos tenemos algún alimento que no nos gusta.
- Incorporar los alimentos nuevos, uno a la vez. Tratar de agregar a la dieta varias cosas nuevas al mismo tiempo no es una buena idea, abruma y de seguro se fracasa en el intento.
- No negociar ni chantajear para que coma aquello que rechaza, pero sí, felicitar los avances con halagos.
- Contagiar el amor por la comida. Es muy común que los gustos de los hijos sean muy similares a los de los padres y eso ocurre porque éstos ofrecen aquello que prefieren y con lo que están más familiarizados y descartan lo que no. Por ello, transmitir el gusto por todo tipo de alimentos variados, es una buena forma de ayudar a que los niños se animen a probar nuevos alimentos y los incorporen a su dieta.
La psicóloga española Edurne Maiz, resume en un párrafo cómo deben actuar los padres ante la alimentación de sus hijos pequeños:
Crear un ambiente agradable a la hora de las comidas, involucrar a los pequeños en la compra y la elaboración de la mismas para que se familiarice con ella, utilizar refuerzos positivos y ante todo, mucha paciencia siendo un buen modelo a seguir por los pequeños en hábitos alimenticios.