Desarrollo de un embarazo de 30 semanas
Algunos bebés en esta semana se colocan de cabeza, prontos para el descenso por el canal de parto
Algunos bebés en esta semana se colocan de cabeza, prontos para el descenso por el canal de parto
La edad gestacional del feto en un embarazo de 30 semanas, es de 28 semanas. Sus ojos son capaces de distinguir la luz de la oscuridad.
Tamaño del bebé
Su tamaño es de, aproximadamente, 40 centímetros.
Analogía del bebé con algo
A las 30 semanas de embarazo, el tamaño del feto es similar al de un repollo.
Peso del bebé
Su peso es, aproximadamente, de unos 1.319 gramos.
Tamaño de la panza, altura uterina
La altura uterina en la semana 30, oscila entre los 28 y 30 centímetros.
Estudios aconsejados para esta altura del embarazo
En el tercer trimestre del embarazo, hay que volver a realizar los análisis de sangre y orina de rutina.
Entre las semanas 28 y 37 se deberá hacer la ecografía correspondiente a este trimestre.
Síntomas en la embarazada
Los problemas para conciliar el sueño siguen siendo una gran molestia esta semana y seguirán siéndolo por lo que resta del embarazo. La acidez, la indigestión, las constantes ganas de orinar (pueden aparecer pequeñas pérdidas de orina cuando te ríes o toses, hay unos ejercicios -denominados de Kegel - que pueden ayudarte a fortalecer los músculos de esa zona y son muy beneficiosos para el parto), los calambres, los dolores de espalda y cadera, contribuyen para que la futura mamá no pueda dormir placidamente.
Las soluciones a esto son: Alimentarse lo más sano posible, evitando los fritos, los picantes y las comidas que puedan ser irritantes (para las hemorroides), consumir mucha fibra (ayuda a evitar el estreñimiento), dormir semi sentada (por la acidez) o con almohadas entre las piernas y en los posible sobre el lado izquierdo (por la vena cava, que es la que transporta la sangre desde las piernas al corazón y está sobre el lado derecho).
El desarrollo físico del bebé a las 30 semanas del embarazo
El bebé continúa desarrollándose dentro del útero, aumentando de peso, acumulando capas de grasa que lo protegerán y ayudarán a controlar la temperatura corporal una vez que nazca.
Los pulmones del bebé ya están más desarrollados y pueden respirar aire. Ahora su sistema nervioso central, controla la respiración. Por ello, las posibilidades de supervivencia fuera del útero aumentan considerablemente, la mayoría de los bebés que nacen en estas semanas, sobreviven sin problema, aunque necesitan los cuidados de la terapia intensiva.
Sus ojos son capaces de distinguir la claridad de la oscuridad y puede, inclusive, seguir con la mirada una luz que se mueve frente a él.
Su médula ósea comienza a producir glóbulos rojos, que son los encargados de transportar oxígeno a los órganos del cuerpo para su correcto desarrollo y funcionamiento.
Es posible que hacia el fin de esta semana, el bebé se coloque en la posición precisa para el parto: De cabeza. Aunque no todos lo hacen en este momento y algunos no lo hacen nunca.
Complicaciones frecuentes en la semana 30 del embarazo
Una de las complicaciones que pueden aparecer por estas semanas es la hipertensión, aún en aquellas mujeres que previo al embarazo tuvieran presión normal o baja. Este cuadro, junto con la presencia de edemas y proteinuria, puede ser señal de pre-eclampsia que puede llegar a complicarse y derivar en eclampsia (una enfermedad muy grave).
Otros de los problemas que pueden manifestarse en este tercer trimestre son: Diabetes gestacional (elevados niveles de azúcar en sangre), amenaza de parto y trabajo de parto prematuro (rotura prematura de membranas, placenta previa, desprendimiento prematuro de placenta).
Aspectos psicológicos de la madre y su entorno
Los cambios hormonales típicos del embarazo y las molestias y malestares que se producen e intensifican con el pasar de las semanas, hacen que la futura mamá se encuentre muy susceptible, irascible e irritable.
Por estas semanas, es posible que manifieste los cambios de humor que ya había padecido durante el primer trimestre. Es fundamental la contención de la familia, la pareja y de todo el entorno en general, para que la futura mamá consiga sobrellevar de la mejor manera sus vaivenes emocionales.