El complejo de Edipo

El complejo de Edipo son un conjunto de emociones por las que pasa el niño en su desarrollo sexual.

Complejo de Edipo

En su “Teoría de los Estadios del Desarrollo Psicosexual”, Sigmund Freud estableció que entre los tres y cinco años, los niños varones desarrollan pulsiones por las que se sienten atraídos hacia su madre y comienzan a percibir a su padre como un enemigo contra el que rivaliza. Este síndrome, según el cual el niño compite con su padre por el acariño de su madre fue denominado Complejo de Edipo.

En el campo del psicoanálisis se conoce como complejo de Edipo a un conjunto de emociones y sentimientos que se experimentan en la infancia y se caracteriza por un sentimiento de atracción hacia el progenitor del sexo opuesto y un sentimiento de odio y rechazo hacia el progenitor del mismo sexo. Este concepto forma parte de la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud, quien utilizó por primera vez el término en su libro “Interpretación de los sueños” en 1899.

Freud determinó que, hacia los tres años, el niño desarrolla un deseo sexual inconsciente hacia el progenitor del sexo opuesto, es decir, un sentimiento incestuoso y, al mismo tiempo, desarrollaría un sentimiento inconsciente de eliminar al progenitor del mismo sexo.

El concepto fue acuñado haciendo referencia al rey mitológico Edipo, quien, sin saberlo, porque fue abandonado al nacer, mató a su padre y se casó con su madre. Aunque el concepto se diseñó haciendo referencia a los varones, Freud lo adaptó ligeramente para que también incluyese a las niñas. Pero fue tiempo después cuando Carl Jung propuso el complejo de Electra para los casos femeninos. En este caso, hace referencia al mito de Electra, quien mató a su madre Clitemnestra, para vengar el asesinato de su padre, Agamenón, que había sido perpetrado por esta última.

¿Cómo se manifiesta?

Según Freud, hacia los tres años, el niño comienza a ser posesivo con su madre y demanda de ella más cariño. Podría ocurrir, incluso, que intente entrometerse en la intimidad sexual de sus padres entrando en la habitación sin llamar, por ejemplo. Las niñas, por otro lado, manifiestan este sentimiento coqueteando con su padre, llamando su atención e intentando rivalizar con su madre por su cariño.

Esto ocurriría, según Freud, en la fase fálica, la etapa en la que el niño descubre que el pene es un elemento clave en la intimidad de sus padres, una esfera en la que se siente excluido. De este modo, cuando el niño experimente el complejo de Edipo, se frustra al comprobar que no consigue nada con sus maniobras inconscientes de seducción y al no poder expresar lo que siente con palabras. De esta forma, tiende a reprimir su contrariedad, la que se manifiesta en enfados y pesadillas.

Para huir de esta situación de forma progresiva, Freud explica que el niño inicia un periodo que él denomina la resolución, según el cual renuncia a ocupar el puesto del progenitor del mismo sexo y reprime de forma inconsciente sus emociones y pasiones.

Algún tiempo después, hacia los 6 y 7 años, los niños tienden a imitar a sus padres del mismo modo que las niñas se inclinan a imitar a sus madres. Esta etapa se conoce como complejo o ansiedad de castración, pues el deseo del niño ha sido reprimido por el padre, un castigo que el niño ha aceptado.

¿Qué deben hacer los padres?

El complejo o ansiedad de castración son el resultado del conflicto entre el “ello”, instancia dominada por las pulsiones que quiere eliminar al padre, y el “yo”. Instancia mediadora que asume que el padre es más fuerte. Según Freud, el niño desarrolla un miedo a la castración de sus órganos genitales.

Freud entiende que la superación del complejo de Edipo es clave para la construcción de la sexualidad y de la personalidad, una etapa normal que requiere una atención constante por parte de los padres. Son ellos quienes deben hacerle entender al niño que no podrá establecer una relación en términos sexuales con sus padres. Así, ellos son la autoridad que pone límites a los deseos e instintos del niño.

Consecuencias del complejo de Edipo

Para Freud, un complejo de Edipo mal resuelto durante el desarrollo del niño podría ser el principio de la gran mayoría de los trastornos psíquicos de los hombres. Pero parece que este complejo no solo existe en las familias nucleares, aquellas en la que los padres y los hijos viven en el mismo núcleo familiar. La aparición, cada vez con mayor frecuencia, de nuevas formas de familias, como las monoparentales u homoparentales, conduce al psicoanálisis moderno a considerar los casos en los que la figura paterna está ausente, es intermitente o está dividida en vario hombres.

En su teoría psicoanalítica, Freud definió dos circunstancias distintas que pueden presentarse en este conflicto:

Complejo de Edipo positivo

Explica que el niño siente odio o rivalidad hacia el progenitor del mismo sexo y atracción hacia el progenitor del sexo opuesto.

Complejo de Edipo negativo

Sucede cuando el niño siente amor o atracción hacia el progenitor del mismo sexo y odio hacia el progenitor del sexo opuesto.