La rinoplastia - Cirugía estética de la nariz
El término rinoplastia significa dar forma a la nariz. Muchísimas son las personas que recurren a ella o desean hacerlo, para mejorar el aspecto de la misma. Lo que se busca, es alinearla al contorno de la cara, que sea más acorde a las pautas estéticas contemporáneas o reconstruirla después de algún traumatismo.
Este procedimiento quirúrgico puede producir cambios en la apariencia, estructura y función de la nariz. Se puede cambiar el tamaño, la forma, el ancho de las alas, o el ángulo entre ésta y el labio superior. También puede ayudar a corregir defectos de nacimiento, lesiones nasales, y algunos problemas respiratorios.
El primer paso de la rinoplastia es la planificación. Para ella se requiere entender cuáles son los objetivos del paciente, hacer un análisis de las posibilidades existentes y luego establecer expectativas realistas. No hay un patrón universal de cirugía de nariz aplicable a todas las personas por igual. Por ello, el cirujano debe estudiar cada caso particular, atender los deseos del paciente y evaluar si son realizables, teniendo en cuenta la morfología de su nariz y de su rostro.
Alguna de las precauciones que el paciente deberá tener antes de someterse a una rinoplastia son: No tomar medicamentos que contengan ácido acetilsalicílico (interfiere con la coagulación normal de la sangre) ni fumar dos semanas antes a la intervención.
El procedimiento consiste en realizar unas incisiones que permitan despegar la piel de la nariz del hueso y el cartílago. Estos cortes se hacen por adentro para que sean invisibles.
Únicamente en los casos en que es necesario realizar una rinoplastia abierta, se agrega una incisión, de aproximadamente 1cm, que va de un orificio nasal a otro. Luego, se modifica la forma del hueso y del cartílago, se reacomoda la piel sobre las nuevas formas y se suturan las incisiones. Por último, se coloca una férula externa para mantener la nueva forma. También se ponen tapones absorbentes en los orificios nasales, para evitar la acumulación de coágulos y estabilizar el tabique.
La mayoría de las rinoplastias se realizan con anestesia local, esto depende del caso concreto y del estado del paciente. La intervención dura aproximadamente de 30 minutos a una hora.
Después de la cirugía la cara estará hinchada, sobre todo al principio, y es posible que existan algunas molestias (si es necesario se puede tomar analgésicos). La férula se deja entre cinco y siete días, mientras que los tapones se retiran el mismo día o a lo sumo al cuarto.
Las primeras semanas posteriores a la rinoplastia, no es recomendable exponerse al sol, realizar ejercicio físico de manera excesiva, ni colocarse anteojos.