Mastitis - Enfermedad frecuente en la lactancia materna

Para prevenir, aliviar y curar la mastitis, nada mejor que amamantar al bebé frecuentemente desde el día de su nacimiento

Seguir amamantando
Flickr.com

La mastitis es una de las complicaciones que puede surgir durante la lactacia materna. Si bien su frecuencia no es muy alta (1 -3 de cada 100 casos) es muy molesta y dificulta el amamantamiento en los casos más extremos.

Qué es la mastitis

La mastitis y la lactancia están íntimamente ligadas. Ya que la mastitis es uno de los problemas que se presentan en la lactancia materna, aunque con poca frecuencia (1 a 3 de cada 100 casos).

Es un proceso inflamatorio en las mamas, a causa del mal vaciamiento de las mismas o de una infección bacteriana producida por las bacterias que se cuelan por las grietas del pezón, provenientes de la mala higiene de éstos o de la boca del bebé. Se caracteriza por ocasionar fiebre, malestar generalizado (similar al de una gripe), calor, enrojecimiento, hinchazón e inflamación en alguna zona de una de las mamas. Aparece, generalmente, entre los 10 y los 30 días siguientes al parto, pero también puede presentarse en cualquier momento a lo largo de la lactancia e incluso en mujeres que no están dando de mamar (aunque es muy poco habitual).

Los cambios fisiológicos que padecen las mujeres durante el embarazo y después del parto, junto con la succión permanente del bebé, hacen que sean más vulnerables a sufrir lesiones e infecciones en esta zona. En el principio de la mastitis sólo hay retención excesiva de leche y se soluciona fácilmente con paños calientes y la extracción de la leche. Pero si no se actúa con rapidez y se procede en consecuencia, se puede complicar y como resultado tener que dejar de amamantar del lado afectado por un tiempo.

Síntomas de la mastitis

  • Presencia de nódulos en la mama, esto significa que algún conducto está bloqueado y que la glándula mamaria no está drenando bien
  • Dolor, inflamación y enrojecimiento en alguna zona de la mama
  • Mayor sensibilidad en alguna de las mamas
  • Fiebre y malestar generalizado
  • Secreciones en uno de los pezones (puede haber pus)

Cómo aliviar la mastitis

  • Seguir amamantando, sólo se suspende la lactancia cuando hay secreciones de pus y previa recomendación del médico ginecólogo
  • Sacar leche si es necesario. Si el bebé no vacía al pecho en la lactada o si no se está con él al momento que debe mamar, es importante vaciar las mamas para evitar que el exceso de leche obstruya los conductos
  • Masajear suavemente los nódulos del pecho mientras el bebé mama
  • Colocar paños tibios en los pechos ayuda la salida de leche, al igual que tomar una ducha dirigida hacia la zona congestionada
  • Colocar paños fríos ayuda a que baje la inflamación, se recomienda hacerlo después de que se da de mamar
  • Calmar el dolor con analgésicos indicados por el médico ginecólogo
  • Realizar reposo. Es importante aprovechar a descansar mientras el bebé también lo hace

Cómo prevenir la mastitis

  • Cuidar que las mamas no estén muy congestivas, porque este es el paso previo a la mastitis
  • Si después de dar de mamar los pechos aún están llenos, extraer la leche con un sacaleches para evitar la congestión de las mamas
  • Si debes ausentarte a la hora en que el bebé tiene que mamar, sacarte leche con un sacaleches para evitar la congestión de las mamas
  • Higienizar bien y con asiduidad la zona de la aureola y el pezón con un jabón neutro o sólo con agua antes y después de dar de mamar
  • No usas sostenes muy apretados
  • Tomar muchos líquidos
  • Frente a la presencia de un síntoma fuera de lo común como fuerte dolor en una mama, una mancha roja, fiebre y malestar general, consultar al médico ginecólogo
  • Tratamiento

    El médico ginecólogo evaluará la situación y determinará cuál es el grado de afección. Se indicarán antibióticos si es necesario, analgésicos para aliviar el dolor y se aconsejará seguir amamantando o sacándose la leche con un sacaleches cuando la situación así lo requiera.

    Hay casos en los que la mastitis se complica (entre el 5 y el 11% de los casos) y se produce un absceso con pus. En tal caso, el médico procederá a drenarlo quirúrgicamente o a realizar una punción e indicará suspender la lactancia de la mama afectada. Pero se puede seguir dando de mamar la otra y extrayendo la leche para impedir que las mamas se vuelvan a congestionar.

    Dar de mamar es el acto de amor más maravilloso de la naturaleza y sólo ante una situación extrema debe ser suspendido.