El preservativo masculino
El preservativo o también conocido como profiláctico o comúnmente llamado condón, es uno de los métodos anticonceptivos más usados del mundo, además de ser el más importante método para evitar contraer las enfermedades de transmisión sexual. Su éxito se basa en la facilidad de uso y su relativo bajo costo. El preservativo está hecho en su mayoría de veces de látex, aunque ya se puede encontrar en el mercado condones fabricados de poliuretano, en caso de ser alérgico al látex, aunque en sus inicios fueron fabricados de piel animal.
La historia del preservativo
El preservativo o condón se puede jactar de ser uno de los métodos anticonceptivos más antiguos de la historia. Los primeros condones fueron hechos de tripas de animales atados en las puntas;
En Egipto 1000 a.C. se hacían de finas fundas de sede que cubrían al pene para evitar que saliera el semen; en la antigua China hacían lo propio con sedas, con el mismo propósito, también es conocido el uso de vejigas de peces o cabras para este fin.
Es obvio que la manufacturación del preservativo tuvo que ser artesanal durante muchos años; no es hasta el siglo XVI que su fabricación da un salto increíble y empieza a tomarse más en serio, los de esa época que hoy son mostrados en el museo de Londres, eran hechos de intestinos de animales y finamente cocidos y con una pequeña cinta que permitía ser amarrado una vez colocado.
No es hasta el siglo XIX que con la creación del látex el condón diera el gran salto, al principio era vendido en farmacias pero tuvo que pelear contra prohibiciones. Ya a mediados del siglo pasado poco después de la segunda guerra mundial el preservativo se coronó como el método anticonceptivo más importante de los hombres. Hoy en día con el avance tecnológico que tampoco le fue ajeno el preservativo y su calidad es la mejor de su historia, convirtiéndose en 99% seguro.
El éxito del preservativo
El preservativo desde su expansión y difusión mundial ha tenido mucho éxito y esto se debe a factores muy sencillos como su precio que es muy accesible, se encuentran hoy en día no sólo en farmacias sino en tiendas, lugares de esparcimiento y muchas veces son obsequiados por campañas contra la prevención de ETS (enfermedades de trasmisión sexual), no es necesario tener prescripción médica para adquirirlos, se puede usar como un método anticonceptivo secundario o para reforzar el que se esté usando, no tiene efectos secundarios, no trae secuelas de infertilidad después de su uso continuo como algunos otros métodos, es sencillo de usar y lo más importante protege de enfermedades de transmisión sexual además de embarazos no deseados.