Miedos y emociones de ser padre
Ser padres despierta distintas emociones y miedos, nadie nace sabiendo serlo, es una tarea que se aprende con la práctica, el tiempo y mucho amor.
Ser padres despierta distintas emociones y miedos, nadie nace sabiendo serlo, es una tarea que se aprende con la práctica, el tiempo y mucho amor.
La paternidad despierta múltiples miedos y emociones en los futuros padres. Por más que sea un hijo deseado y buscado, una vez que el embarazo es un hecho y a medida que el mismo avanza y se hace cada vez más tangible, comienzan a aflorar emociones, temores, incertidumbres, dudas, que pueden intranquilizar a la pareja.
Todos los individuos tienen miedo a lo que desconocen, por ello en el caso de los padres primerizos, es absolutamente normal que surjan temores racionales e irracionales acerca de este nuevo rol que deberán desempeñar.
Los miedos y las emociones de ser padre no son los mismos en la futura mamá y en el futuro papá. Veamos cuales son las más comunes en uno y en otro caso.
Miedos y emociones más frecuentes en la madre
- Temor de no ser buena madre
- Temor de que el bebé no sea sano
- Temor por los cambios físicos
- Temor de no sentirse madre
- Temor al parto
- Temor a no volver a tener independencia y tiempo para una misma
Es muy frecuente el sentimiento y el miedo de ser una buena madre, de ser responsable, de poder hacerse cargo del bebé, de saber cómo manejarse y de hacerlo bien. Todas estas dudas son absolutamente normales, ya que es la primera vez que la mujer será madre y no sabe de qué se trata. Ser padre es una aprendizaje que se hace en la práctica y con el tiempo, además es intransferible, nadie puede transmitirle a otro de qué se trata ser padre, cada uno tiene que vivir su propia experiencia personal.
Si bien esto es algo que comúnmente se dice mucho y parece ser una frase hecha, realmente es muy importante para los futuros padres: “Qué el bebé sea sanito”. Y es un miedo recurrente a lo largo del embarazo, del parto y cuando el niño nace.
Es muy común que las mujeres teman no poder recobrar el peso y la figura previa al embarazo, a que las estrías dejen su huella definitiva, a que los pechos se caigan y a no volver a ser atractiva. Esto es totalmente normal y solamente luego de que nace el bebé y una vuelve a retomar su vida habitual, es cuando se percibe que el nacimiento de un hijo, las huellas más importantes y definitivas que deja, son las emocionales y que poco importan el dolor del parto, los kilos de más, etc., y que lo único verdaderamente importante es ese bebé.
Hay mujeres que desde que están embarazadas sienten la maternidad a flor de piel, en tanto a otras les es más difícil llegar a sentirse así. A muchas recién cuando tienen a su bebé en brazos les aflora ese sentimiento maternal, en tanto que para otras, esa emoción tarda más en aparecer y con el transcurso de los días, a medida que empieza a afianzarse el vínculo madre – hijo, recién comienzan a experimentar esa sensación.
El miedo al parto es un temor muy común entre las embarazadas, al dolor, a no saber cómo manejarse, a no resistir, a que sea demasiado fuerte. A no darse cuenta de cuando llegan las señales del trabajo de parto, etc. Esto es absolutamente normal, pero todos estos miedos pueden disiparse o minimizarse concurriendo a las clases prenatales, en donde se brinda información a la futura mamá y papá que los tranquilizará y ayudará al momento del parto.
Los primeros tiempos con un bebé recién nacido suelen ser sumamente agotadores, la mamá pasa la mayor parte de su día amamantando al bebé, cambiando sus pañales, haciendo que se duerma, lavando y planchando su ropita, y apenas si tiene tiempo para comer, ir al baño, dormir y demás necesidades básicas. Es probable que en estos momentos parezca que el mundo se viene encima y que jamás se recobrará la independencia, la individualidad. Si bien es cierto que tener un hijo cambia absolutamente la vida de una persona para siempre y de ahí en más la prioridad son los hijos, a medida que crecen y van siendo autónomos los padres van recobrando sus espacios y sus tiempos.
Miedos y emociones más frecuentes en el padre
- Temor a no ser buen padre
- Temor de no poder ayudar a su pareja
El miedo a no poder ser un buen padre para ese niño y no ser capaz de criarlo correctamente es recurrente también en los hombres. Pero es importante recordar que nadie nace sabiendo cambiar pañales, ni dar el biberón al bebé, las mujeres tampoco, ya que no se trata de una cuestión de género. A ser padres se aprende siéndolo, esa es la única manera, ensayo y error. Lo más importante es tener la voluntad y las ganas, lo demás viene con la práctica y el tiempo.
Es muy común entre los padres el temor a no poder ayudar a su mujer, sentir que no la pueden acompañar, apoyar como ella necesita. Y el rol del padre es fundamental tanto durante el embarazo, como en el parto y postparto, el compañerismo es muy importante y de gran apoyo para la madre tanto, en lo que a las tareas del hogar y cuidado del bebé como en lo emocional. Es bueno que el padre esté al lado de su mujer y le pregunte si necesita algo, cómo se siente, en qué puede ayudarla, etc.