Asma durante el embarazo
Mantener el equilibrio emocional es fundamental en estos casos.
Mantener el equilibrio emocional es fundamental en estos casos.
El embarazo es una de las experiencias más significativas en la vida de una mujer y también, una de las más complejas. El cuerpo y la psique pasan por cambios profundos, las hormonas se mezclan con las emociones y sensaciones, y todo este proceso causa un nivel comprensible de estrés a la madre.
Cuando se trata de una mujer asmática, o que ha padecido de asma en el pasado, aumentan los temores o preocupaciones, ante la posibilidad de que la enfermedad se presente durante la gestación y cause complicaciones al embarazo. Para evitar angustiarse y afectar así su salud y la del bebé, la madre asmática debe conversar con su médico y exponer claramente sus dudas, de forma que reciba la información y asesoría profesional ajustada a su condición, y pueda sentirse segura y en capacidad de vivir su embarazo con razonable tranquilidad.
Asma: Signos y síntomas
Esta es una enfermedad inflamatoria del aparato respiratorio, que provoca dificultad en la respiración (disnea). Algunas señales que pueden anunciar el inicio de un episodio asmático son: Cambios en la frecuencia respiratoria, presión en el pecho, tos, dolor de cabeza, cansancio o fatiga y dificultad para dormir. Pasados estos primeros signos, se presentan los síntomas concretos.
- Pulsaciones aceleradas de más de 90 por minuto
- Tos y posible expectoración
- Dificultad evidente para respirar
- Silbidos al exhalar el aire
- Riesgos para la madre
Riesgos para la madre
El asma no tratada durante el embarazo, puede causar: Hipertensión arterial que lleva a su vez a la pre-eclampsia, diabetes, toxemia, complicaciones en el parto, y algunas otras patologías dependiendo del estado de salud previo de la embarazada y los antecedentes de enfermedades crónicas.
Riesgos para el feto
La falta de oxigeno que llega al feto procedente de la madre, puede conducir a diversas patologías como retraso del crecimiento intrauterino, nacimiento prematuro, bajo peso al nacer e hipoxia neo-natal (oxigeno insuficiente en la células).
¿Qué hacer?
El tratamiento del asma en la embarazada es similar al de todo paciente asmático, la diferencia radica en que el objetivo principal en este caso, es garantizar el suministro adecuado de oxigeno al feto, previniendo los episodios de asma en la madre. La terapia se basará en evaluación permanente y objetiva de la función pulmonar, evitar los riesgos y administrar los medicamentos según la condición o severidad de cada caso.
Por su parte, la mujer embarazada debe seguir al pie de la letra el tratamiento indicado. De no darse un ataque de asma severo, se puede afirmar que la mujer asmática tendrá un embarazo normal. La mayoría de los medicamentos indicados para tratar el asma, son igualmente apropiados durante el embarazo. De hecho, el asma no controlada entraña mayor riesgo. Sin embargo, la ingesta de medicinas por vía oral debe evitarse y dar preferencia a los aerosoles.
Ayudarse con plantas medicinales
Los naturistas señalan algunas plantas, que ingeridas en forma de infusiones no muy concentradas, pueden ayudar a calmar el asma. Previa consulta con el médico tratante, las siguientes plantas suelen ser muy buenas: Menta, romero, valeriana, salvia, tomillo, regaliz y tilo.
Lo mejor es prevenir
Si en condiciones habituales es aconsejable tomar medidas de prevención contra el asma, durante el embarazo estas medidas deben considerarse prioritarias e inaplazables, y abarcar todos los aspectos que involucran la vida cotidiana.
Una lista por factores desencadenantes, puede servir de guía para este propósito:
- Alimentos: Disminuya el consumo de aquellos que contengan colorantes, saborizantes artificiales y grasas en exceso. Prefiera alimentos frescos y naturales, tomando en cuenta que éstos también pueden contener alérgenos, tal es el caso de pescados, mariscos, algunos frutos secos como nueces, maní o cacahuate, trigo, proteínas de leche de vaca, soya y sus derivados, huevos y polen
- Polvo y ácaros: Retirar alfombras, usar aire acondicionado, remplazar las cortinas por persianas y limpiarlas diariamente, usar fundas y protectores de colchones antialérgicos, así como ropa de cama de algodón, evitando lana o plumas en los cobertores, pasar aspiradora con un buen filtro frecuentemente, limpiar las superficies con paños húmedos para evitar levantar y esparcir el polvo
- Mascotas y otros animales: Lo ideal es buscar un nuevo hogar si tiene perros, gatos, aves o roedores que viven dentro de casa. Si no es posible, entonces o manténgalas fuera, sobre todo no permita que entren a los dormitorios o se suban a los muebles. Lo importante es reducir al mínimo el contacto. La contaminación por insectos como cucarachas debe prevenirse manteniendo la casa limpia para no tener que recurrir a agentes tóxicos
- Tabaco y agentes irritantes: Evite la cercanía de personas que fuman así como de la contaminación del humo en su casa y en su vehículo. Elija las áreas de no fumadores de restaurantes y centro recreativos sobre todo si son cerrados como los cines. Limite el uso de sustancias que emitan olores fuertes o irritantes como detergentes, aerosoles para el cabello, pinturas, diluyentes, insecticidas, talco, humo de leña, aromatizantes de cualquier tipo
Otros aspectos a tomar en cuenta
- Los profesionales de la medicina consideran hoy por hoy las emociones, como factores determinantes en todo lo relacionado a la salud, y en el caso concreto del asma, el componente emocional es ampliamente aceptado y considerado al momento de emitir un diagnóstico y un tratamiento. En ese sentido, las recomendaciones se orientan a que la mujer embarazada procure mantener un estado tranquilo y reposado, rodeándose de un ambiente agradable y libre de conflictos y situaciones estresantes. Máxime cuando es asmática, (está comprobado el efecto desencadenante que produce una situación de estrés en estas condiciones)
Asma – embarazo, no tienen porque ser igual a compilaciones y temores. Un embarazo feliz y un parto sin mayores riesgos son posibles en mujeres asmáticas. La clave está en llevar un control médico permanente y especializado, seguir el tratamiento indicado y evitar el contacto con agentes irritantes o invasivos. También es importante alcanzar y mantener el equilibrio emocional apropiado, evitando el cansancio excesivo y los conflictos es fundamental, para vivir y experimentar la gestación a plenitud, con alegría, con expectativas e ilusiones, con el cúmulo de emociones positivas que la llegada de un hijo trae consigo.