Masajes durante el embarazo

Una agradable y relajante manera de aliviar las molestias e incomodidades propias del embarazo y hacerlo más llevadero, sobre todo, en las últimas semanas.

Masajes durante el embarazo

El embarazo es un período de cambios importantes tanto en lo físico como en lo psicológico, que muchas veces son incómodos para la futura mamá. El aumento del tamaño del útero, la retención de líquido e hinchazón de piernas y pies, los dolores de espalda y de cintura como consecuencia del aumento de peso se vuelven frecuentes a medida que avanza el embarazo, generando molestias en la vida cotidiana de la mujer. Algunas de estas pueden aliviarse con la realización de masajes prenatales que brindan múltiples beneficios en esta etapa.

Los masajes prenatales no son iguales a los tradicionales, requieren de un profesional especializado que conozca la anatomía, las necesidades específicas y las transformaciones que experimenta el cuerpo de una mujer embarazada a lo largo de toda su gestación. Un masajista responsable solicitará el historial clínico de la paciente para evaluar cada caso en particular y evitar así posibles complicaciones.

Es importante antes de comenzar con las sesiones de masajes, que la embarazada consulte con su ginecólogo tratante para saber si no hay ninguna contraindicación, ya que hay casos particulares en los que este tipo de tratamiento no es recomendable.

Casos en los que el masaje está contraindicado salvo consentimiento médico

¿En qué trimestre del embarazo es recomendable comenzar con los masajes?

Se recomienda comenzar con las sesiones de masajes en el segundo y tercer trimestre del embarazo. Se desaconseja hacerlo en el primero, dados los grandes cambios corporales y funcionales por los que atraviesa la mujer; además si bien no hay evidencia científica directa, algunos lo relacionan con riesgo de aborto espontáneo que suele darse, generalmente, durante esos tres primeros meses. Durante el segundo trimestre se aconseja una frecuencia semanal de una sesión y en el último dos.

La posición ideal para realizar el masaje, es con la mujer embarazada recostada de lado sobre una camilla y usando almohadas especiales para dar confort a la futura mamá. La idea es que ella esté cómoda, relajada y se sienta segura mientras recibe los masajes.

Algunos de los beneficios de los masajes durante el embarazo

  • Disminuyen los dolores desolada, cintura y piernas
  • Favorecen el buen descanso
  • Disminuyen la ansiedad
  • Disminuyen los dolores de cabeza
  • Bajan los niveles de cortisol, conocida popularmente como la hormona del estrés, ya que el cuerpo la produce ante situaciones estresantes para ayudar a afrontar las complicaciones
  • Incrementan los niveles de serotonina y dopamina, dos hormonas que tienen una directa relación con el sentirse bien, como consecuencia de lo cual, mejoran notablemente el estado anímico general
  • Ayudan a regularizar el tránsito intestinal y combatir el estreñimiento que muchas veces es habitual en el embarazo
  • Contribuyen a eliminar el agotamiento físico y mental al aumentar notablemente la energía
  • Disminuyen la aparición de várices, al mejorar la circulación de la sangre, contribuyendo además, a la eliminación de toxinas, y mejoran la flexibilidad y elasticidad previniendo la formación de estrías (tan comunes en el embarazo)
  • Disminuye la retención de líquidos
  • Alivia calambres (principalmente los de las piernas), contracturas musculares, etc.