Viajar estando embarazada
Estar embarazada no es un obstáculo para realizar un viaje, siempre y cuando todo transcurra sin dificultades, no esté cerca la fecha del parto y la salud de la madre sea buena.
Estar embarazada no es un obstáculo para realizar un viaje, siempre y cuando todo transcurra sin dificultades, no esté cerca la fecha del parto y la salud de la madre sea buena.
El período más recomendable para realizarlo, es durante el segundo trimestre, entre las 18 y 24 semanas. Ya que antes, el feto está en fase de formación y por el traqueteo al que puede verse sometida la madre durante el viaje, existe mayor riesgo de que sufra alguna complicación. Y en los últimos meses, aumenta el peligro de parto prematuro.
En cualquier caso, siempre es imprescindible consultar la opinión del obstetra, que es el más indicado para evaluar los riesgos y beneficios que puede ocasionarle un viaje prolongado, al embarazo. Ninguna futura mamá debería tomar la decisión, sin consultar previamente a su médico.
Con respecto a los medios de transporte, ninguno está prohibido en esta etapa. Sin embargo, hay algunos que son más cómodos que otros. Al escoger, hay que considerar varias cosas: el tiempo que tarda en llegar al destino, la comodidad de los asientos, la movilidad que permite y el acceso a los sanitarios.
Diferentes medios de trasporte
Los viajes en avión no están contraindicados en un embarazo normal durante el primer y el segundo trimestre (hasta la semana 27 inclusive). Las empresas aéreas, generalmente, no permiten volar a embarazadas a partir del séptimo mes. Esto depende de las reglas de cada una y de la duración del vuelo (el temor es que se produzca un parto en el aire). Lo mejor es averiguar cuáles son las reglamentaciones vigentes en la compañía elegida con respecto al embarazo, antes de decidir volar.
En este medio de transporte, es necesario ponerse el cinturón de seguridad debajo del abdomen; pedir asiento en el pasillo, ya que hay más espacio para moverse; las partes del avión más cómodas son la delantera y las que están sobre las alas, porque son las que se mueven menos; realizar pequeñas caminatas para que las piernas no se hinchen.
Los detectores de metales de los aeropuertos no afectan al embarazo. Las radiaciones que éstos emiten, son no ionizantes y no implican riesgo alguno para el bebé.
El automóvil es una buena opción para realizar trayectos cortos, más aún si conduce otra persona.
En los embarazos a término, los médicos recomiendan no conducir. El cinturón de seguridad inferior debe colocarse bajo el vientre y el trasversal entre los senos. Conviene parar cada dos horas para moverse y estirar las piernas. Algunas embarazadas se marean en estos viajes, por lo que es recomendable llevar alimentos livianos. Para las nauseas lo mejor es tomar dulces de glucosa. Y hay que tener la precaución de no realizar grandes aceleradas, frenadas, giros bruscos y cualquier tipo de maniobra violenta que pueda poner en riesgo a la mamá o al bebé.
El autobús es el medio de transporte más incomodo para viajar durante el embarazo. Pero si es el medio escogido, es necesario asegurarse de que en el recorrido realice algunas paradas, para bajar y caminar un poco.
El barco no es un medio de transporte recomendado, por los vaivenes de las olas. El tren en estos casos es ideal. Permite movimientos, traslados y además cuenta con sanitarios.
Si bien los viajes están permitidos para las embarazadas, es conveniente tomar algunas precauciones y tener en cuenta ciertos aspectos, para evitar así grandes complicaciones. Los viajes largos afectan a las mujeres grávidas de dos formas: por un lado por la presión física y psíquica que todo viaje implica; por otro, por los riesgos que para su salud pueden existir en los lugares de destino, como malas condiciones higiénicas o peligro de infecciones y contagios.
Para tener en cuenta
- No es recomendable viajar a zonas donde la presencia de enfermedades contagiosas sea endémica
- Averiguar previo al viaje, la condiciones de los servicios de salud
- No viajar a destinos en los que la atención sanitaria sea deficiente
- No viajar en los siguientes casos: antecedentes de aborto, de embarazos ectópicos, o de parto prematuro, anomalías en la placenta, hemorragias vaginales, embarazo múltiple, hipertensión, diabetes, anemia severa
- Llevar a mano la documentación de los seguros médicos y de viaje
- Llevar los datos clínicos del embarazo, por si fuera necesario consultar a un médico en el lugar de destino
- Incluir una agenda con los teléfonos más importantes (familiares, amigos, servicios de urgencias, etc.) y un bolso con lo imprescindible en caso de parto prematuro