El gato con botas
El hijo mayor se quedo con el molino; el segundo recibió el burro, y el menor se quedo con el gato.
- Mis hermanos podrán ganarse la vida honradamente trabajando con lo que les dejó mi padre. En cambio yo, en cuanto me haya comido el gato y me haga una bufanda con su piel, moriré de hambre, se lamentaba el joven.
Al oír este discurso, el gato le dijo:
- No te aflijas, mi amo. Dame un saco y un par de botas y ya verás que tu herencia no es tan poca cosa como crees.
En cuanto el gato tuvo lo que había pedido, se puso rápidamente las botas, tomó el saco y se dirigió hacia un criadero de conejos para crear una trampa. No tardó mucho tiempo en que un aturdido conejo entro en el saco.
El gato tiro de los cordones y lo atrapo. Orgulloso de su proeza se dirigió hacia donde vivía el rey.
Lo hicieron pasar a las habitaciones de su majestad y después de hacer una gran reverencia, dijo:
-He aquí, señor, un conejo de campo que el Marqués de Carabás (nombre que le puso a su amo), me ha encargado ofrecerle.
- Dile a tu amo, que se lo agradezco y me halaga en gran medida, contesto el rey.
En otra ocasión, el gato con botas fue a cazar perdices y apenas atrapo a dos fue a regalárselas al rey. Una vez más, el monarca se sintió halagado al recibir las dos aves y ordenó que le dieran de beber. Durante dos o tres meses el gato continúo llevando al rey las piezas que cazaba y le decía que su amo lo enviaba.
Un día se entero que el rey iría con su hija de paseo por el rio, el gato con botas le dijo a su amo:
-Si sigues mi consejo podrás hacerte rico. Tienes que meterte en el rio y dejarme actuar.
El Marqués de Carabás hizo lo que su gato le aconsejaba. Mientras se bañaba, paso el rey, y el gato se puso a gritar:
-¡Socorro¡ ¡Auxilio¡ ¡Se ahoga el Marqués de Carabás¡
El rey se asomo por la ventanilla y reconoció al gato. De inmediato ordenó a sus guardias salvar al Marqués. Mientras lo sacaban del río el gato se acercó a la carroza y le dijo al rey que unos ladrones se habían robado las ropas de su amo. El monarca ordenó traer uno de sus más bellos trajes para dárselo al Marqués de Carabás.
Los hermosos ropajes del rey realzaban la figura del Marqués, por lo que la hija del rey lo encontró muy apuesto y de su agrado, enamorándose enseguida de él. El rey, feliz de ayudar, lo invitó a continuar el paseo con ellos.
El gato, encantado al ver que su plan empezaba a dar resultado, se adelantó, y cuando encontró unos campesinos, le dijo:
- Si no le dicen al rey que el campo pertenece al Marqués de Carabás, un ejército los hará picadillo.
Al pasar por ahí el rey preguntó de quien era el campo, a lo que los campesinos respondieron:
- Del Marqués de Carabás, Señor, del Marqués de Carabás.
El rey, al ver la fortuna del Marqués, aceptó que su hija se casara con él. Así, el gato con botas se convirtió en el ayudante del rey y permaneció junto a su amo, el Marqués de Carabás, y luego del matrimonio, todos vivieron felices en el castillo real.
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