Amenazar a los niños con dejarlos sin regalos de Navidad

No es un buen recurso cuando de lo que se trata es de educar a los niños a comportarse bien a largo plazo, es una técnica que no funciona y además puede destruir su autoestima y la ilusión asociada al pensamiento mágico durante la infancia.

Amenazar a los niños con dejarlos sin regalos de Navidad

Se aproximan la Navidad y Los Reyes Magos y con ellos comienzan a hacerse cada vez más frecuentes en algunos hogares, las amenazas por parte de los padres y adultos referentes acerca de que les van a decir a Papá Noel y a los Reyes Magos que no les traigan regalos a los niños si se portan mal. Este suele ser un recurso desesperado cuando ya no se sabe cómo poner límites a los pequeños. Sin embargo, no funciona y puede ser muy dañino.

Por qué no es efectivo amenazar a los niños con dejarlos sin regalos de Papá Noel

Tanto los Reyes Magos como Papá Noel, representan para los niños la fantasía y la ilusión que, una vez pérdidas, muy pocas otras cosas a lo largo de sus vidas vuelven a despertar. Por lo cual, es muy importante que esto se mantenga durante la infancia, mientras dure la etapa del pensamiento mágico.

Mercedes Bermejo Boixareu, directora de Psicólogos Pozuelo, Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, señala sobre este aspecto:

…ningún niño, de entre 3 y 10 años aproximadamente, debería ser privado de disfrutar la magia de la Navidad. Ya que estas fiestas tan señaladas contribuyen a fomentar su imaginación, ilusión y entusiasmo, promoviendo actitudes positivas necesarias para un desarrollo emocional satisfactorio. En estas fechas es importante que haya un entorno familiar agradable, acogedor, donde reine la armonía y tranquilidad.

Por su parte, la licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid Mónica Serrano va en la misma línea, considera equivocado recurrir a este recurso para lograr que los niños se porten bien y porque el costo es mucho mayor que el beneficio.

Las figuras de Papá Noel y de los Reyes Magos representan la ilusión infantil de recibir, en forma de regalos, la amabilidad y cariño adulto de una manera mágica. Dura solo unos pocos años, pues el misterio se rompe con la evolución cognitiva, que deriva en el fin del pensamiento mágico.

Por otro lado, las amenazas nunca son beneficiosas para los niños; afectan de forma negativa su autoestima y constituyen un chantaje emocional que no es efectivo para tratar de educar a los hijos. Generan sentimientos de culpa y de desvalorización en los niños y descredito hacia los padres, ya que en general no se cumplen.

El psicólogo español y coautor de “Hijos y padres felices” Alberto Soler señala sobre esto:

…no deja de ser un chantaje, una amenaza que, además, raras veces se cumple.

Mercedes Bermejo Boixareu, agrega sobre este tipo de amenazas:

…suelen ser amenazas que los adultos luego no suelen cumplir, lo que conlleva una pérdida de la credibilidad, y por tanto, de la autoridad, de la figura del adulto que lo verbaliza.

Además la experta señala que en el caso de que sí se cumplieran dichas amenazas, el dejar a un niño sin regalo:

….supone un castigo tan intenso que al mismo tiempo no permite que el niño procese adecuadamente qué es lo que ha hecho mal….

Recomendaciones para no caer en las amenazas

La especialista Bermejo, señala que es importante en la educación de los niños enseñarles que sus acciones tienen consecuencias y avisar con anticipación cuáles serán las mismas.

…es importante que las consecuencias sean proporcionales a lo ocurrido, y no al estado emocional de los progenitores. (…) deben ir acorde con la etapa evolutiva del niño. Pero sobretodo, lo más importante, es que dichas consecuencias nunca afecten a aspectos sociales, culturales, familiares o deportivos. Ya que, los profesionales consideramos que la socialización, cultura, deporte y familia suponen entornos saludables y necesarios que contribuyen al crecimiento emocional del niño.

Cuando un niño se porta mal, debe trabajarse a través de la comunicación y no desde la amenaza o el chantaje. Es importante que entiendan las consecuencias de sus acciones, tanto de las buenas como de las malas. Poniendo una valoración positiva a las primeras y una sanción a las segundas. Pero siempre debe ser en base al amor, la confianza y el respeto.