Consejos para crear un vínculo de apego saludable con el bebé

Interpretar sus señales y cubrir sus necesidades físicas y emocionales es fundamental para crear un vínculo de apego saludable

Madre-hijo

El vínculo madre – hijo es muy importante para el futuro desarrollo emocional del bebé.

1

Entender las señales del bebé

Si bien cada bebé tiene formas particulares de comunicarse, hay algunas que son generales a todos y que a medida que pasan los días y su madre le va conociendo, aprende a entender de inmediato.

Por ejemplo chuparse las manitas o girar la cabeza en búsqueda del pezón materno, pude ser una señal de que necesita ser amamantado. Fruncir el ceño, puede significar que le molesta la luz. Cunado arquea la espalda, puede querer decir que está incómodo o irritable por algún estímulo externo.

Cuando el bebé llora, puede deberse a una o varias de las cosas mencionadas: Hambre, frío, molestia por el pañal sucio, etc. En estos casos la mamá deberá ir cubriendo una a una las necesidades del bebé: Cargarlo, abrigarlo, alimentarlo, cambiar su pañal, etc., para ir descartando las posibles causas de su llanto.

2

Responder a las necesidades de tu bebé

Cada vez que la mamá interactúa con su bebé, se fomenta el apego con él. Si bien no es posible que ese vínculo de apego se logre en todo momento, el objetivo es que el patrón sea constante.

Si la madre acepta y responde a las necesidades emocionales de su bebé, el mensaje que le está dando es que sus sentimientos son importantes y cuentan.

3

Crear una base de seguridad y confianza con el bebé

En la medida en que la madre aprende a identificar y responder a las señales del bebé, éste comienza a sentir que sus necesidades básicas son atendidas y eso le da cierta seguridad en su entorno. Un factor fundamental para que se establezca un vínculo madre - hijo saludable.

4

Acariciarlo, abrazarlo y sonreír con él

Hay teorías que sostienen que cargar mucho a los bebés los malacostumbra. Sin embargo, otras establecen que el bebé necesita del contacto físico y calor de su madre (y padre también por supuesto) y que aquellos que reciben atención y cuidados en su etapa de desarrollo temprana, presentan considerables ventajas para el resto de su vida en lo que respecta a la salud física, emocional, mental y social.

5

Cuidar del propio bienestar físico y emocional

Suele suceder que en el afán por atender y cubrir las necesidades del bebé, la madre se olvide de las propias. Pero es muy importante que las tenga en cuenta; que se aliemnte bien, descanse, se disperse, etc. Ya que de lo contrario no se encontrará ni física ni emocionalmente saludable como atender a su hijo y ello repercutirá negativamente en el vínculo de apego saludable.