¿Son exitosas las citas a ciegas?
A la hora de conocer gente y encontrar el amor todo es valido
A la hora de conocer gente y encontrar el amor todo es valido
En el mundo del amor, podría decirse que no hay reglas, todo vale a la hora de conocer a alguien interesante con quien pasar un buen momento.
La vida misma es fiel testimonio de que se puede conocer a alguien en cualquier circunstancia, en el trabajo, en el parque, en un comercio, un avión o en un tren de larga distancia; cada historia de amor es rica en detalles y curiosidades y no hay una que se parezca a la otra.
Dentro del vasto mundo de los encuentros amorosos, se presenta una opción elegida por algunos y aborrecida por otros: La cita a ciegas.
El concepto de cita a ciegas, hace alusión a la idea de encontrarse con una persona a la que no se conoce.
Las redes sociales: Semillero de citas
Tiempo atrás, la manera más común de llegar a una cita a ciegas, era que un amigo dijera que conocía a alguien perfecto y a modo de celestino organizara un encuentro. En la actualidad, con la introducción de la tecnología en la vida cotidiana, lo más probable es que se conozca a la futura cita en un chat, una página de citas, por medio de Facebook, Twitter o cualquiera de estas nuevas herramientas, redes sociales que, como su nombre lo indica, intentan aunar a las personas.
Consejos para la cita a ciegas
Si se presenta la oportunidad de asistir a una cita a ciegas, la otra persona interesa y hay ganas, adelante, eso sí, tomar los recaudos necesarios para pasarla lo mejor posible sin correr riesgos innecesarios.
Un detalle fundamental es planear la cita en un punto de encuentro neutral, puede ser un café o un bar de su confianza, esto evitará invitar a la casa a un completo desconocido o ir a la casa de él, en esto hay que tener cuidado.
Luego hay que tener en cuenta algunos consejos como:
- Hablar por teléfono antes de asistir a la cita: Escuchar a la otra persona es más personal que chatear y puede dar una buena pista de cómo es, que piensa, como se expresa y demás
- Arreglar de antemano el lugar de encuentro: Es bueno ponerse de acuerdo con el otro sobre un lugar de encuentro, sin duda, llegarán a un acuerdo en relación a los gustos de ambos. Una buena opción es realizar una actividad, por ejemplo: Ir a jugar al golf, a patinar sobre hielo, o a andar en bicicleta; el hecho de hacer ejercicio durante el encuentro restará la tensión normal de la cita
- Ir a la cita sin expectativas: Aunque el amor suele ser difícil de manejar, hay que tratar de no enamorarse (deslumbrarse) antes de conocer bien a la persona, ir a la cita sólo pensando en pasar un buen momento, si hay algo más, el corazón se alegrará, si no hay nada más, al menos, no se irá desilusionado
- Mantenerse tranquila: Aunque los nervios a veces invaden el cuerpo, tratar de pensar en el día de la cita, como uno normal
- No exagerar con el vestuario: La primera impresión suele ser bastante importante, por lo que no se debe tratar de impresionar al otro, sino vestirse con prendas que representen la clase de persona que se es. Lo mejor es elegir un look casual, verse bonita pero no despampanante
- Llegó el gran día: Al llegar a la cita, tratar de mostrarse tranquila, saludar cordialmente e iniciar una conversación amable. Escuchar atentamente al otro, no preguntar demasiado ni tampoco contar mucho, ya habrá tiempo para eso. Vivir el encuentro intentando ser una misma y pasarla bien. A los 5 o 10 minutos de haber llegado, se sabrá si la otra persona le gusta o no y todo fluirá de acuerdo a eso. Luego se podrá decidir si hay ganas de organizar una segunda cita o si el momento fue único y no merece repetición
Vale la pena estar abierta a conocer gente nueva, dado que se puede conocer hombres, encontrar pareja, un nuevo amor, un nuevo amigo o contar con una anécdota divertida en el historial.
Si son exitosas o no las citas a ciegas, realmente depende de muchos factores, pero sobre todo, de que exista química en el encuentro entre dos.
Con aliento esperanzado se puede decir, que muchas citas a ciegas culminaron en la revelación de un otro delante, por quien realmente valió la pena, abrir muy bien los ojos.