Acercar a los niños a la disciplina
Establecer límites claros, ser firme, constante y consecuente son las mejores herramientas.
Establecer límites claros, ser firme, constante y consecuente son las mejores herramientas.
Por Patricia Carambula - 28 Agosto, 2010
Foto cortesía de toddlerstoday
El acercamiento de los niños a la disciplina es parte importante de la educación y del proceso de socialización que les permitirá en el futuro vivir en sociedad y adaptarse a las normas y reglas de la misma.
No hay una manera correcta o incorrecta de poner los límites y disciplinar a los hijos, dado que lo que para una familia es absolutamente inaceptable para otra puede no serlo tanto. Sin embargo, existen una serie de pautas importantes a tener en cuenta al momento de realizar el acercamiento a la disciplina, aunque cada uno puede decidir lo mejor para sus hijos.
Aspectos a tener en cuenta en el acercamiento de los niños a la disciplina:
- Establecer límites claros y ser coherente y consecuente en el cumplimiento de los mismos. Esto da mucha seguridad y confianza a los niños, les establece un marco de referencia
- El castigo por haber faltado a los límites establecidos deberá ser inmediato a la falta, no se puede castigar con retroactividad, también acorde a la misma y a la edad del niño
- La disciplina debe aplicarse personalmente. No es bueno para el niño transferir la responsabilidad de administrarla de un padre a otro, ya que cada uno tiene que poner los límites cuando está con el niño. Esa situación tan habitual de decirle a un niño: “Vas a ver cuando llegue tu padre o viceversa”, es confusa, ya que está transmitiendo un mensaje muy perjudicial para ese niño, es igual a decirle: “Yo no puedo poner los límites”, lo que trae como consecuencia falta de autoridad materna y falta de respeto del niño hacia esa madre sin autoridad
- Jamás desautorizar al otro padre cuando está estableciendo un límite. Aunque se esté en desacuerdo no es bueno desautorizar o interferir mientras el niño está presente, es preferible hablar a solas entre los padres del tema y ponerse de acuerdo en ciertas cosas que ambos consideran prioritarias como normas, reglas, límites para ser impuestos al niño y actuar ambos en concordancia, sin que existan mensajes contradictorios entre uno y otro padre
- Firmeza y dedición en el establecimiento de las reglas. Pero la firmeza no debe confundirse con elevar la voz (se puede ser firme siendo convincente y seguro al hablar sin necesidad de gritar), ni con el castigo físico, ya que no está implícito en ésta y no se obtienen resultados a través del mismo, además de estar penado por la Convención Internacional sobre los derechos del niño. Se puede ser firme con las palabras y en los hechos
- Ser perseverante y consecuente: Establecer unas pocas normas y reglas de conducta pero realistas y que puedan ser sostenidas en el tiempo. Los niños se sienten mucho más seguros de saber que hay un límite que no se puede sobrepasar. Si en cambio el niño hace un berrinche, llora o patalea para conseguir lo que quiere y lo logra, dado que para los padres es más fácil ceder que seguir soportando esa escena, el niño aprenderá que los límites que le establecen sus padres pueden moverse a su antojo, son flexibles y actuará en consecuencia. Esto lejos de otorgar seguridad genera al niño una gran inseguridad porque no sabe realmente que está permitido y que no. Los NO deben ser siempre NO, si algunas veces son sí, no queda claro el mensaje
- No exagerar las faltas menores: Siguiendo la línea de lo dicho en el ítem anterior, es preferible que las reglas sean pocas pero claras y se hagan respetar siempre, si se está rezongando al niño todo el tiempo por todo, diciéndole no a esto, no a aquello, se volverá un círculo vicioso en el que se perderá la noción de qué es verdaderamente importante y qué no. Es imposible que un niño se comporte perfectamente todo el tiempo, hay travesuras propias de la niñez que son absolutamente normales y no pueden ser reprimidas de la misma manera que otras realmente graves
- Desaprobar el comportamiento, no al niño. Por ejemplo, no decir: “Eres un niño malo por haberle pegado a tu hermanita”, sí decir por ejemplo: “Es malo pegarle a tu hermanita”
- Acentuar las conductas positivas del niño. Si al niño se le transmite una imagen positiva de si mismo tratará de mantenerla, por ello es importante sobresaltar los aspectos favorables del niño. Resaltar lo positivo y minimizar lo negativo. Estigmatizar al niño con afirmaciones del tipo: “Es un diablo”, lo único que hace es favorecer que éste se comporte como tal
- Cuando la familia percibe que no está teniendo éxito en el establecimiento de límites con el niño es muy importante que recurra a algún profesional que pueda ayudarla, guiarla
- El amor es la base de todo. El amor es fundamental ya que los niños son muy perceptivos y captan inmediatamente cuando son queridos por sus padres. Y el intento por agradarles a estos puede ser un gran motor que lo lleve a tener una conducta apropiada. Si bien es importante demostrar descontento cuando tiene una conducta inapropiada, jamás decirle cosas como: “No te quiero porque te portaste mal”. El amor no puede depender de una buena o una mala conducta
- Es muy importante tener claro que a través del disciplinamiento, del establecimiento de límites, reglas y normas claras, se está haciendo es un acto de amor. El ser permisivo no hace a los padres mejores o más buenos, sino todo lo contrario. Lo que buscan los padres a través de la educación, es dar un marco de referencia de lo que está bien y lo que está mal según su concepción y de este modo ayudar al niño a insertarse en una sociedad en la que las normas y las reglas son inherentes y deberá respetarlas. Además, lo que se pretende como fin último de la educación de los hijos, es que cuando los padres no estén para marcar qué es lo correcto y lo que no, ese niño, futuro adolescente y adulto, tenga la capacidad de discernirlo por sí solo, porque fue educado para ello
Beneficios de educar a los niños con disciplina:
- Los niños alcanzan un mejor desarrollo psicosocial
- Consiguen adaptarse mejor a la adversidad y tolerar la frustración
- Tienen menos riesgo de sufrir trastornos emocionales o de ansiedad
- Poseen mayor confianza y seguridad
- Logran priorizar lo importante y dejar a un lado lo trivial
- Se ponen metas e intentan alcanzarlas
- Son responsables y se comprometen con sus obligaciones
- Consiguen distinguir con mayor facilidad lo correcto de lo incorrecto