Acoso sexual laboral
Una forma más de violencia de género, invisibilizada, solapada, en la que una vez más el hombre desde su lugar de jerarquía ejerce el poder.
Una forma más de violencia de género, invisibilizada, solapada, en la que una vez más el hombre desde su lugar de jerarquía ejerce el poder.
El acoso sexual laboral se puso en el tapete en 2017 captando toda la atención a raíz de lo sucedido en Hollywood con el productor cinematográfico Harvey Weinstein y el abuso sexual en el mundo del espectáculo que dio origen al movimiento “Me too”. En este marco cobró relevancia el tema del acoso laboral o mobbing, dentro del que se incluye el acoso sexual.
Éste último podría incluirse en el primero y tienen en común la humillación de la víctima, pero se diferencia del mismo en que se centra exclusivamente en lo que refiere a lo sexual, mientras que el mobbing incluye otras prácticas de acoso más genéricas.
Por qué el abuso sexual laboral es más frecuente en mujeres
El acoso sexual laboral tiene como víctimas tanto a hombres como a mujeres. Sin embargo, lo más frecuente es que ocurra en éstas últimas, debido a que suele suceder en relaciones de subordinación jerárquica, en las que ellas sufren el abuso de poder de los hombres que ocupan, en general, cargos superiores.
La especialista uruguaya en mobbing y bullying, Silvana Giachero, explica acerca de la forma en que se produce el acoso laboral y sexual:
Lo que ocurre es que el acoso se da muchas veces de arriba hacia abajo y en los cargos de poder hay más hombres que mujeres. Esto hace más común que los hombres acosen a mujeres cuando se convierten en amenaza para ellos.
La socióloga Catherine Hakim, quien investiga sobre la mujer en el Instituto para el Estudio de la Sociedad Civil (Civitas) en Inglaterra:
El acoso se da cuando el hombre o la mujer no atiende a los mensajes claros de que sus comentarios o comportamientos no son deseados, ni bienvenidos e incluso son insultantes.
Existen quienes afirman que el acoso sexual se origina, en alguna medida, como consecuencia de la falta de contundencia en la negativa por parte de las mujeres.
La socióloga chilena María José Guerrero explica algunas de las causas que llevan a las mujeres latinoamericanas a no ser contundentes en su negativa. Dice que se debe a que desde pequeñas se les infunde la idea de que cuando dicen que no, en el fondo están diciendo que sí.
Es un mensaje que se nos mete en la cabeza desde niñas y se extiende por toda la región.
La abogada y profesora mexicana Nora Picasso, está en su misma línea de pensamiento:
Nos crían para hacernos de rogar; nos dicen: “no le digas que sí, hazlo sufrir”.
Acoso laboral: una forma de violencia
Según señaló la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas en 2016, el acoso laboral sexual es una de las formas en las que se manifiesta de manera invisible la violencia contra la mujer en América Latina.
Según el organismo:
…persiste como una conducta naturalizada e invisibilizada.
De acuerdo con una nota emitida en noviembre del 2016 por el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG), coordinado por CEPAL:
…el acoso forma parte del continuo de la violencia contra las mujeres y su persistencia atenta contra su autonomía.
Según la misma, se entiende como acoso sexual:
...cualquier avance sexual no deseado, peticiones de favores sexuales, conductas físicas, verbales o gestos de carácter sexual o cualquier otro comportamiento de naturaleza sexual que pueda ser razonablemente percibido como ofensivo o humillante por quien se ve afectado.
dicha conducta puede interferir con el trabajo, usarse como condición para el empleo o crear un ambiente laboral hostil u ofensivo.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define el acoso sexual laboral de la siguiente forma:
…insistentes proposiciones, tocamientos, acercamientos o invitaciones no deseadas, de naturaleza sexual, que pueden provenir de un superior/a o de un compañero/a de trabajo, que influyen de manera directa en las posibilidades de empleo y en las condiciones o el ambiente laboral y que producen también efectos en las víctimas, tanto de orden psicológico como emocional. Es la forma más común de discriminación por género en el trabajo.
En el marco de la presentación de una investigación titulada “Acoso sexual en el trabajo y masculinidad en Centroamérica y República Dominicana”, presentada en 2013, Virgilio Levaggi, Director de la Oficina Subregional de la OIT en ese momento señaló:
El acoso sexual en el trabajo atenta contra las más elementales condiciones para que las personas desarrollen sus trabajos en forma armoniosa y productiva, dado el impacto que tiene en la persona que lo vive en forma directa, en sus compañeros y compañeras de trabajo en el ambiente de trabajo y en el rendimiento del personal en la organización para la que labora y la sociedad en general.
México: el país de América Latina con mayor índice de acoso laboral sexual
De acuerdo con una encuesta reciente de la empresa consultora “Brain” y la encuestadora “Win-Gallup Internacional”, México es el país con mayor índice de acoso sexual laboral contra la mujer, de los 11 países latinoamericanos estudiados.
Según este el 46% de las mexicanas afirma haber sido víctima de acoso sexual y 1 de cada 4 mujeres latinas reconoce haber sufrido algún tipo de violencia.
Según un estudio de 2012 del Colegio Jurista, en México 1.4 millones de mujeres sufren acoso sexual laboral.
El rector de esa institución, Jorge Manrique, señalaba en la oportunidad con respecto al perfil del acosador:
El perfil estandarizado del acosador es que se trata de un varón mayor de 40 años, casado, con una vida familiar y sexual insatisfactoria, necesidad de autoafirmación y control; laboralmente tienen una categoría superior a la acosada.
Manrique señaló también que del rechazo o la aceptación del acoso sexual depende muchas veces el futuro laboral de la víctima.
Estamos hablando del acceso al empleo y las condiciones de trabajo, salarios, ascensos, traslados, capacitación y también puede provocar el despido injustificado del agredido.