¿Qué es el miedo?
El miedo es una emoción, y los miedos específicos van siendo determinados por la educación que recibimos, la cultura de la que somos parte y los condicionamientos de nuestro ambiente inmediato, familia, amigos, etc. El miedo varía en intensidad y puede ir desde un terror insoportable hasta una sensación de aprensión moderada y controlable.
El miedo es una emoción, y los miedos específicos van siendo determinados por la educación que recibimos, la cultura de la que somos parte y los condicionamientos de nuestro ambiente inmediato, familia, amigos, etc. El miedo varía en intensidad y puede ir desde un terror insoportable hasta una sensación de aprensión moderada y controlable.
¿El miedo sirve?
Esta pregunta es de simple respuesta, el miedo sirve, nos protege de los peligros reales. Es el miedo el que nos ha ayudado a lo largo de los milenios a preservarnos como especie.
Es este sentimiento o emoción el que nos alerta y nos ayuda a reconocer situaciones potencialmente dañinas o peligrosas.
Cuando nos enfrentamos a circunstancias o individuos que nos provocan miedo, el organismo vive cambios físicos y a nivel hormonal, aumentan las palpitaciones, la sudoración, y la producción de hormonas, especialmente la adrenalina.
Muchas cuestiones nos provocan miedo: fracasar, cambiar, ser rechazados, perder aquello que amamos. Queda claro que, al igual que sucede con otros sentimientos, el miedo es un compañero en el viaje de la vida, que se pone de manifiesto, generalmente, cuando sentimos algún tipo de inseguridad frente a cosas tan cotidianas como el amor, las relaciones con la familia, los amigos, los superiores, cuando pensamos acerca del futuro, en fin, son múltiples las cuestiones que nos provocan miedo.
¿Podemos detectar el miedo?
Es importante intentar hacer un análisis de nuestro miedo, para poder de esa forma resolver el asunto que nos provoca ese temor, que además se ve más grave de lo que en realidad es, por que nuestro cerebro se ocupa de que así sea.
Esta emoción se manifiesta de múltiples maneras, como dijimos antes, y básicamente nos hace paralizar, para no hacer algo que nos pueda dañar, física o psicológicamente. Nuestro inconsciente es el encargado de descubrir el miedo, pero es el consciente el que hace el trabajo más duro que es vencerlo o por lo menos mantenerlo bajo control. Esto implica un grado de sanidad psicológica que se manifiesta en la posesión de una buena comunicación entre el plano consciente e inconsciente, o de lo contrario, tener el plano consciente muy fortalecido para poder mantener el plano inconsciente bajo control.
En el momento de estar frente a un peligro lo mejor es poder saber con claridad cuál es la peor opción de desenlace que puede aparecer, para poder así prepararnos para enfrentarla, vencerla, manejarla de la mejor manera posible o en definitiva aceptar sus consecuencias de manera tranquila e inteligente.
¿Cómo vencer el miedo?
Lo primero que tenemos que hacer para poder vencer esta emoción, es detectarla.
Debemos prestar atención a las manifestaciones físicas, como la subida del ritmo cardíaco, sudoración fuerte (en las manos en especial), y temblores. Reconocer y aceptar que estamos atemorizados es el segundo paso para poder vencer el temor.
Está clarísimo que es muy difícil reconocer y aceptar que es lo que nos hace sentir miedo.
Hay miedos muy poderosos, capaces de paralizarnos, estos miedos se alejan de lo que sería normal. El inconsciente es el que guarda el recuerdo de lo que hizo sentir ese pánico, por ejemplo, la primera vez que presentamos una clase en la escuela, y salió muy mal. Así, el inconsciente guarda el recuerdo de una vivencia negativa nos protege de esa situación.
Más allá de esto, es fundamental convencerse de que uno es capaz de hacer las cosas, enfrentar el miedo y salir airoso de la situación.
Es necesario recordar que el miedo siempre nos va a acompañar en todos los momentos de la vida, ya que es necesario para protegernos, lo importante es que en lugar de verlo como a un enemigo, podamos verlo como un compañero de viaje que alerta de los peligros.