¿Qué es el optimismo?

Cuando todo va bien, es fácil actuar con confianza y seguridad, esperando lo mejor. Lo difícil es mantener esa actitud ante los infortunios y las adversidades. Hay quienes lo logran…

optimismo
Foto cortesía de Yelnoc - Flickr.com

Una definición académica dirá que el optimismo, es la propensión a mirar y juzgar las cosas en su aspecto más favorable. En la práctica, es una forma de vivir y de afrontar los problemas y altibajos, con un enfoque positivo, en la certeza de que todo puede mejorar. Puede afirmarse también, que el optimismo es la capacidad de percibir e interpretar la realidad externa, con una visión clara y objetiva, concentrándose en los aspectos que pueden ser de provecho. Las últimas tendencias en psicología, se orientan a considerar este rasgo personal, como una de las fortalezas sobre las que se sustenta el ser humano, no solo para resolver sus conflictos, sino también, para desarrollar todo su potencial.

Hay que resaltar que estas personas no están exentas de problemas, pero cuando los mismos se presentan, tienen más recursos para afrontarlos, pues, al mirar la vida con optimismo, ganan una serie de valores agregados, que generan más y más beneficios, creando un círculo de bienestar muy particular.

Características personales

  • Los optimistas son personas perseverantes: No se amilanan fácilmente ante las adversidades, confían en sus propias capacidades para salir adelante, y luchan de manera sostenida
  • Tienden al buen humor: Aprender a reírse de sí mismos, y a ver el lado gracioso de las cosas, muchas veces hace la diferencia entre una tragedia y un problema solucionable
  • Gozan de una salud estable: El sistema inmunológico responde positivamente al buen estado de ánimo, por lo que los optimistas se enferman menos, y cuando esto pasa, suelen recuperarse en menor tiempo
  • Son emprendedores: La certeza de que las cosas van a salir bien, unida a la autoconfianza, hace que estas personas tengan más y mejores iniciativas para acometer proyectos
  • Son sociables: no quiere decir esto, que todos los optimistas sean el alma de la fiesta, sino que establecen relaciones interpersonales con confianza y naturalidad, y las disfrutan, por esa íntima convicción de vivir siempre cosas buenas y positivas

Los optimistas ¿nacen o se hacen?

El carácter, y ciertas disposiciones y actitudes, son producto de múltiples factores, y ciertamente algunas personas tienden a ser alegres, extrovertidas y optimistas, desde su nacimiento. Sin embargo, hay conductas susceptibles de ser modificadas y/o aprendidas.

El doctor Martin Seligman, creador del concepto de Psicología Positiva, deja a un lado la disciplina tradicional basada en el tratamiento de las patologías mentales, para concentrarse en las fortalezas que las personas poseen, el optimismo entre ellas, y lo más novedoso de la propuesta, es que, según Seligman, estas fortalezas pueden cultivarse para aumentar su influencia en la vida personal.

Cómo generar esta actitud

  • Esforzándose por cambiar: No se eliminan hábitos negativos sin un esfuerzo sostenido
  • Trazándose metas realistas: Y luchando por alcanzarlas
  • Viviendo el presente: Es el único tiempo que cuenta
  • Viendo las crisis como oportunidades: Para cambiar lo que ya no funciona en la propia vida
  • Descartando la suerte como factor influyente: es más efectivo pensar que las cosas se obtienen con dedicación y perseverancia
  • Teniendo los pies en la tierra, pero esperando siempre lo mejor

Todo tiene un límite

Los excesos, por definición, son perjudiciales, y ser optimistas de una manera desmedida, trae como consecuencia inmediata, la distorsión de la realidad y un estado de negación, que puede atrofiar los sistemas naturales de defensa. Cuando la persona está convencida de que nada malo le puede suceder, y se le presenta un problema de cierta gravedad, un imprevisto, seguramente no sabrá cómo reaccionar, y será presa fácil de la depresión, al ver que sus creencias y supuestas fortalezas le han fallado.

El punto de equilibrio

No hay contradicción entre ser realista y ser optimista. Ambas posturas pueden y deben convivir en armonía para que una persona tenga la vida que desea. En todas las circunstancias que le toque experimentar, el optimista sabrá interpretar los hechos positivamente, se trate de infortunios o de eventos favorables. Esa es la esencia del optimismo.