Signos de depresión en bebés
La depresión es un importante problema psicológico que afecta a todas las personas, incluso a los bebés, aunque estos tienen una percepción del mundo muy distinta a la nuestra. La depresión en los bebés es uno de los problemas que estos pueden sufrir más difíciles de detectar, debido a que los niños de esta edad pueden presentar dificultad para comunicar lo que les pasa.
No obstante, la depresión en los bebés puede ser detectada por los padres siempre que presten mucha atención a sus hijos, estando siempre al tanto de cualquier cambio en su comportamiento o estado de ánimo. La principal causa de la depresión en bebés de un año o menores se debe a que muchas veces su interacción con el entorno positivo no es adecuada debido a malos vínculos afectivos. El bebé cuando nace se encuentra totalmente dispuesto a interactuar con el medio que lo rodea y a apegarse a quien lo cuida, ya sea su madre, su padre o cualquier otra persona.
Cuando existe algún tipo de déficit en la relación bebé/tutor, se suelen producir conflictos psicológicos (depresión), los cuales normalmente se evidencian en el cambio del comportamiento. Lo más usual es que el bebé llore todo el tiempo y que no se lo pueda calmar prácticamente con nada.
Una clara señal de que el entorno del bebé no es el más adecuado es cuando los niños permiten que los cargue cualquier persona, incluso desconocidos, sin imponer resistencia alguna, debido a que la respuesta natural es que lloren, extrañando la protección percibida por los brazos maternos o paternos. El desgano que les causa la depresión se traduce en un desarrollo psicomotor deficiente.
En muchos casos también se puede dar cuenta de que un niño sufre de depresión cuando este no se encuentra muy activo y parece no querer llamar la atención en ningún momento. Lo normal es que durante los primeros años de vida, los bebés quieran ser el centro de atención en todo momento.
El problema principal es que ante la presencia de un cuadro depresivo en un bebé se pueden generar trastornos importantes, tanto físicos como psicológicos, afectando seriamente el crecimiento y desarrollo óptimo de los pequeños. Se ha comprobado científicamente que los primeros años de vida son los que más influyen en el crecimiento y desarrollo de los niños, y que los estados de ánimo pueden influir positiva o negativamente.
Muchos especialistas aseguran que todos los bebés sufren de depresión en algún momento, pero que la depresión en los bebés puede llegar a durar unas pocas horas. Lo normal es que los bebés muy pequeños se depriman cuando se separan de su madre por unas horas, o cuando se produce un cambio en la persona que se encarga en el cuidado de los mismos.
Entonces, la depresión es un problema de salud importante que pueden tener los bebés pequeños y no tan pequeños, el cual puede influir mucho en su desarrollo y crecimiento, por lo que una labor importante en el rol de los padres es estar bien atentos al comportamiento de sus hijos, reconociendo cualquier síntoma para así poder hacer que sea atendido por un profesional en la materia.
El mejor consejo para prevenir la depresión en los bebés es que la madre tenga una salud física y mental adecuada para el cuidado de su hijo, pudiendo así influir positivamente en el desarrollo del mismo, que le brinde todo su amor y que intente no separarse muchas horas del niño, por lo menos durante su primer año de vida.