Dislexia infantil
La dislexia no tiene cura, sin embargo, con un plan de apoyo basado en la constancia, la paciencia y el establecimiento de una rutina, los síntomas pueden minimizarse. El papel de los padres es fundamental en el tratamiento de la dislexia.
La dislexia no tiene cura, sin embargo, con un plan de apoyo basado en la constancia, la paciencia y el establecimiento de una rutina, los síntomas pueden minimizarse. El papel de los padres es fundamental en el tratamiento de la dislexia.
Se entiende por dislexia la dificultad de aprendizaje de la lectura y escritura sin que ello tenga nada que ver con el nivel intelectual del niño.
Cómo se distingue
El niño disléxico presenta síntomas muy claros que permiten su determinación.
- La lectura es lenta y con errores en el orden de las letras
- La ortografía está llena de errores
- Unen o separan de forma incorrecta las palabras o las frases
- Presenta problemas de aprendizaje
- Es incapaz de realizar actividades que requieran concentración y aplicación de varias habilidades
Manifestación
Cada niño manifiesta el problema con intensidad diferente. La detección precoz es fundamental para realizar las acciones correctoras y lograr evitar el fracaso escolar del niño.
La dislexia es un problema que afecta por igual a los niños de cualquier nacionalidad, estatus social y no importa el tipo de enseñanza que reciban. Entre un 10 y un 15%(1) de los niños en edad escolar, presenta algún problema relacionado con el aprendizaje y, una de las quejas más recurrentes de especialistas y padres, es la inutilidad de los métodos de enseñanza tradicionales.
Defectos del aprendizaje
- Leer, escribir y hablar son habilidades complejas que no nacen con el ser humano, sin embargo, no es hasta los 6 años que la enseñanza se torna obligatoria, por lo que en muchos casos la habilidad lingüística no es enseñada en la escuela
- Los padres, pieza esencial en la corrección del problema
- Como regla general y, con independencia del método que se establezca tanto en la escuela como a través de actividades extraescolares de reforzamiento, como el método Kumon o programas con fonoaudiólogos, los padres deben llevar a cabo unas pautas de acción para mejorar el diagnóstico del niño disléxico y todos los efectos colaterales psicológicos implícitos
Autoestima y aprendizaje
El apoyo en el hogar debe estar basado en el incremento de la autoestima, la constancia y el apoyo a la integración social.
Los padres deben evitar caer en la comparación con otros niños. La paciencia es una pieza clave así como la constancia y seguimiento de los métodos recomendados por los especialistas tratantes. El apoyo en la realización del las tareas escolares, es fundamental que se realice todos los días y, de ser posible, a la misma hora.
Atención y escucha
Uno de los síntomas claros de un niño disléxico es la incapacidad de prestar atención. Son niños que olvidan rápidamente lo que escuchan o leen y es por esto que se debe establecer un plan de ejercicios basados en el fomento de la atención, retención, comprensión y memoria.
En cuanto a la escucha, el papel en el hogar se debe asentar sobre algunos pilares básicos:
- Haga un método de aprendizaje de cada rutina del hogar
- En función de la edad de su hijo, establezca un plan de rutinas diarias a realizar en los mismos horarios. Acciones como hacer su cama, ordenar sus juguetes, lavarse los dientes y vestirse, pueden ser de gran ayuda
- Persiga el contacto visual en las comunicaciones con sus hijos
- Establezca hábitos de lectura activa. Pida a su hijo que le lea algo y después le explique qué fue lo que leyó
- Fomente la retención de instrucciones simples
Tratamiento complementario
Es importante saber establecer la relación entre la lateralidad y la orientación espacio temporal, en el diagnóstico de la dislexia. Una vez establecido, los tratamientos de la dislexia se dividen en edades.
- Entre los 5 y los 9 años, se buscará el incremento de la concentración oral y escrita, así como el fomento de la lectura en voz alta
- A partir de los 10 años, se debe buscar la comprensión de los textos, la retentiva de las instrucciones y la extracción de información útil
Conclusiones
La dislexia no se cura, en ocasiones se confunde con problemas como el déficit atencional o la lateralidad cruzada, lo que dificulta el diagnóstico y el tratamiento precoz. Los niños con dislexia necesitan establecer rutinas constantes en las que, a través de la adquisición de hábitos, el establecimiento de rutinas, el apoyo en el hogar , el fomento de la autoestima y el alejamiento máximo de la autocomplacencia, puedan ir minimizando los síntomas y mejorando sus habilidades.
(1) Tratado de Pediatría Nelson, Elsevier 17a. edición, Madrid