Cuidados en los niños resfriados
Los mimos y el amor de los padres son la mejor medicina para el niño enfermo, pero otras medidas sanitarias pueden ayudar a sobrellevar mejor esta etapa.
Los mimos y el amor de los padres son la mejor medicina para el niño enfermo, pero otras medidas sanitarias pueden ayudar a sobrellevar mejor esta etapa.
Los resfríos en los niños son bastante comunes en cualquier época del año y es un momento en los que ellos se encuentran particularmente irritables, molestos y en que los padres intentan cuidarlos y protegerlos al máximo.
Es una infección de origen viral que afecta principalmente las vías respiratorias altas y que, en general, trascurre sin mayores complicaciones, desapareciendo sus síntomas a más tardar en una semana. Los síntomas más habituales, se caracterizan por abundante congestión nasal, tos, dolor de garganta y malestar generalizado. Habitualmente suele trascurrir sin fiebre, aunque en ocasiones puede llegar a presentarse fiebre de entre los 38º o 39º.
Algunas medidas de prevención
- Evitar el contacto del niño con personas resfriadas o engripadas
- Lavarse las manos antes de cargar al bebé y en caso de los niños más grandes tener la precaución de que se las laven cada vez que vuelven de la calle
- Cuidarlos del frío y tener la constancia de ventilar diariamente los ambientes
- Evitar en épocas de mayor presencia de resfriados entre la población, exponer al niño a espacios cerrados donde exista mucha aglomeración de gente
- Ofrecer al niño alimentos ricos en vitamina C como cítricos y otras frutas y verduras
Algunas sugerencias para el cuidado del niño cuando está resfriado
- Mimarlo, consentirlo y una muy fuerte dosis de amor y cariño es una de las medidas más importantes en estos casos
- Aliviar la congestión: Para ello utilizar el vapor de la ducha o de algún vaporizador puede ser efectivo para aflojar la flemas y unas gotas para la nariz o alguna solución salina ayudan a descongestionar la nariz. En caso de bebés o niños pequeños que aún no sepan expulsar sus mocos, recurrir a la ayuda de una perita especial para ello, ya que hay que evitar que los aspiren, dado que esto puede traer como consecuencia una otitis
- Aliviar el dolor de garganta: Ofrecerle líquidos (jugos de fruta, leche tibia, sopas, gelatina, helados que ayudan a adormecer la garganta, etc.) no muy calientes, para que no tenga la garganta seca lo que aumenta el dolor. Si el dolor es muy fuerte puede tomar algún analgésico, previamente indicado por el médico para estos casos, como Paracetamol o Ibuprofeno y los niños más grandes pueden recurrir a los spray para la garganta
- Calmar la tos: Para ello se puede dar miel, o algún jarabe prescripto por el pediatra, así como acudir al vapor para ayudar a aflojar
- Fiebre de más de 238 o 39ºC
- Cuando los síntomas perduran por más de 10 días
- Cuando el niño presenta dificultades para respirar, respiración muy agitada o silbidos
- Dolor o supuración en alguno de los oídos
- Presenta convulsiones
- Su piel luce morada
- Dolor de cabeza o torticolis
- Cuando el niño presenta serias dificultades para tragar
- Cuando presenta flema amorronada, sanguinolenta o verdosa
- Cuando presenta signos de deshidratación como pañal seco en bebés, orina muy oscura, disminución de la orina, ojos o mollera hundida, piel y labios resecos
- Cuando mejoran los síntomas pero al tiempo vuelven más fuertes que antes
¿Cuándo alarmarse y llamar al médico?
Es muy importante el cuidado de un niño resfriado, ya que un resfrío mal curado o una recaída, puede desencadenar en enfermedades respiratorias mucho más complejas, como una bronquiolitis o bronquitis.