Invaginación intestinal en los niños

Afección que causa obstrucción intestinal en los menores.

Invaginación intestinal en los niños

Se trata del deslizamiento de una porción del intestino dentro de la porción adyacente, trayendo como consecuencia una obstrucción intestinal, generando a su vez que las paredes intestinales que están en contacto ejercen presión una contra la otra.

La presión causada por las paredes del intestino produce:

  • Inflamación.
  • Reducción del flujo de sangre.
  • Irritación.

La invaginación intestinal puede causar obstrucción en el paso de los alimentos a través del propio intestino. Si el suministro de sangre es interrumpido, el segmento del intestino que se ha introducido puede morir. También puede haber sangrado significativo. En caso de perforación puede presentarse shock, infección, y deshidratación muy rápidamente.

Causas

Las causas de la invaginación intestinal se desconocen, pero las afecciones que pueden conducir a ella son:

  • Nódulo en un ganglio linfático.
  • Infección viral.
  • Tumor o pólipo.

La invaginación intestinal es la principal causa de obstrucción intestinal en niños de entre 3 meses y 6 años:

  • Fundamentalmente afecta a niños de entre 5 y 10 meses de edad (en el 80% de los casos ocurre antes de los 2 años de edad).
  • Es entre 3 y 4 veces más común en los bebés varones.
  • Afecta a entre uno y cuatro de cada 1,000 lactantes.

Síntomas

El primer signo es en general el llanto súbito y fuerte causado por el intenso dolor abdominal. Es un dolor tipo cólico, pero que reaparece constantemente aunque no es continuo. Cada vez que retorna el dolor se hace más fuerte y se prolonga por más tiempo.

El bebé que presenta dolor abdominal fuerte, puede llevar las rodillas al pecho a la vez que llora.

Otros síntomas incluyen:

  • Fiebre.
  • heces mezcladas con moco o sangre.
  • Deposiciones sanguinolentas y con apariencia a moco.
  • Palidez, letargo, sudoración.
  • Vómitos.

Tratamiento

El primer paso en el tratamiento, es estabilizar al niño. Se coloca una sonda nasogástrica a través de la nariz hasta el estómago, y una vía intravenosa para administrar líquidos y prevenir la deshidratación.

En determinados casos la oclusión intestinal puede tratarse con enema de contraste o de aire, aunque con este procedimiento existe riesgo de perforación.

Cuando los tratamientos mencionados no funcionan, puede ser necesaria una intervención quirúrgica.

Pronóstico

El desenlace clínico con tratamiento oportuno es favorable. Pero el riesgo de que el problema reaparezca está latente.

Cuando se produce un agujero o ruptura en el intestino, debe tratarse con rapidez. Si no se trata la invaginación intestinal, generalmente, conduce a la muerte en bebés y niños pequeños.