Cuidado de los niños con los fuegos artificiales
Los niños son los más vulnerables a los potenciales riesgos de los fuegos artificiales y es responsabilidad de los adultos preservarlos.
Los niños son los más vulnerables a los potenciales riesgos de los fuegos artificiales y es responsabilidad de los adultos preservarlos.
Los fuegos artificiales son un clásico de las fiestas de Navidad. Son un verdadero espectáculo de luz y color. Pero el problema no está en los que son manejados por expertos y controlados, sino en aquellos que son manipulados por personas inexpertas, son de bajo costo y de mala calidad. Es allí cuando pueden ocurrir accidentes que dejen como saldo personas leve o gravemente lastimadas.
Durante estas fechas se incrementa el número de niños que llegan a las guardias de los hospitales con heridas y lesiones causadas por los fuegos artificiales y la pirotecnia.
María Mar Yaraju jefa de la Unidad de Quemados del hospital Pediátrico Avelino Castelar en Argentina señala sobre la cantidad de niños que llegan lesionados tras las fiestas navideñas:
Más de 10 niños llegan a la guardia, de los cuales por lo menos 3 quedan con secuelas y tratamientos crónicos.
En Chile gracias a que se aprobó una ley que prohíbe la libre venta al público de artículos de pirotecnia, la cifra de niños quemados en las guardias el día siguiente a Navidad y Año Nuevo bajó considerablemente.
Los accidentes consecuencia de los fuegos artificiales pueden incluir
- Quemaduras: Son uno de los accidentes más frecuentes que pueden ocurrir cuando se manipulan fuegos artificiales. Por ello, es recomendable que los niños no los manipulen y si lo hacen sean productos de buena calidad y nunca no lo hagan solos, siempre estén supervisados por mayores.
- Heridas: Además de las quemaduras los fuegos artificiales pueden causar otras lesiones graves que, en casos extremos, pueden llegar hasta la amputación de un dedo o mano o la pérdida de un ojo, por ejemplo. La explosión en la mano consecuencia de un artefacto de pirotecnia o fallado o de un mal cálculo, puede ser fatal.
- Lesión acústica: Si bien parece una lesión menor en comparación con quemaduras o lesiones visibles, la verdad es que no lo es. La contaminación acústica producto de la exposición a los fuegos artificiales, puede causar importantes lesiones auditivas (desde un trauma acústico temporal, hasta la pérdida de audición), especialmente en niños pequeños y bebés. Una buena opción para proteger los oídos, es colocar algodones o tapones y si es posible unos auriculares grandes arriba, así se consigue mayor aislación.
El doctor Huniades Urbina, pediatra especialista en quemaduras de la Universidad de Tokio y jefe del servicio de urgencias del Hospital J.M. De Los Ríos de Caracas explica sobre las lesiones y heridas:
En situaciones no complicadas, los daños más comunes van desde quemaduras leves o trauma acústico por el estallido del artefacto, lo que genera sordera temporal o permanente por daño en el nervio auditivo. Las consecuencias moderadas incluyen quemaduras de segundo grado, ignición de la ropa o heridas producidas por esquirlas de metal o vidrio al estallar los artefactos dentro de recipientes de esta naturaleza. En los casos más graves hay que mencionar quemaduras de tercer grado, amputación de dedos o ruptura del tímpano.
Recomendaciones generales para la manipulación de fuegos artificiales y pirotecnia
- Comprar únicamente fuegos artificiales que tengan habilitación y certificación de calidad.
- No permitir que niños pequeños manipulen fuegos artificiales y siempre supervisar a los más grandes cuando lo hacen. Las bengalas, por ejemplo, si bien parecen ser inofensivas, no deberían ser manipuladas por niños de menos de 5 años. La recomendación es que se mantenga alejada del rostro y el cuerpo, con el brazo bien extendido, ya que la temperatura es muy elevada y las luces que propaga pueden quemar.
- Ser muy precavidos con el almacenamiento de los fuegos artificiales. Hablar con los niños al respecto, sobre los riesgos de que la pólvora pueda entrar en contacto con fuego o altas temperaturas.
- No acercar el rostro, ni el cuerpo al fuego artificial. Las heridas más frecuentes ocurren en manos y rostro.
- Utilizarlos siempre en espacios libres y abiertos.
- Leer bien las instrucciones antes de encenderlos.
- No volver a encender un fuego artificial que anteriormente falló.
- Siempre tener un recipiente con agua al alcance para poder apagar un principio de fuego.
No expongan a sus hijos al peligro de los fuegos artificiales. Los daños potenciales son muchos. Y la diversión puede terminar en tragedia.