Reaparece momo: cómo preservar a nuestros hijos
No entrar en pánico, explicarles que no existe, que es un personaje ficticio y ofrecerles seguridad, herramientas y toda la información necesaria acorde a la edad para protegerlos y protegerse de riesgos de este tipo.
No entrar en pánico, explicarles que no existe, que es un personaje ficticio y ofrecerles seguridad, herramientas y toda la información necesaria acorde a la edad para protegerlos y protegerse de riesgos de este tipo.
Recientemente reapareció en las redes el siniestro personaje de Momo que hacía unos meses atrás ya había puesto en vilo a padres y adolescentes con los vídeos Momo challenge. En esta oportunidad con el agregado de que surge de manera inesperada en medio de vídeos infantiles de la plataforma Youtube Kids, en animaciones populares como Peppa Pig o Fortnite, con los que cientos de niños pequeños alrededor del mundo se entretienen diariamente. Dejando así paralizados a los padres que no saben cómo prevenir este tipo de intromisiones y cómo actuar ante las mismas.
Este hecho lleva a analizar un poco más en profundidad como padres, el tema de la exposición de los niños y las pantallas. Qué está pasando que nuestros hijos pasan tantas horas frente a ellas y cuáles son los riesgos más allá de estos episodios puntuales. Ya que si bien hoy son los vídeos Momo terror, están expuestos permanentemente a un sinfín de riesgos al pasar horas frente a una pantalla con acceso libre a Internet.
El psicólogo uruguayo experto en nuevas tecnologías Roberto Balaguer, señala sobre este punto:
Ahora aparece Momo, pero hay innumerables vídeos anteriores donde hay contenidos vinculados con personajes infantiles donde se mechan contenidos violentos, sexistas, pornográficos.
Cómo actuar ante estos peligros
El psicólogo plantea algunas recomendaciones para los padres sobre cómo actuar al respecto:
Ellos van a incorporar reacciones. Si nosotros reaccionamos con pánico, hoy a Momo, mañana a otra cosa, estamos también generando chicos con ciertas debilidades para poder encontrar dificultades que forman parte de la infancia, y el antídoto mayor para eso es la seguridad de los padres, de tratar de darles tranquilidad.
- Lo ideal según los especialistas, es no entrar en pánico y apostar siempre al diálogo directo y abierto con los hijos, ofreciéndoles como herramientas toda aquella información necesaria para protegerlos y preservarlos de este tipo de cosas. Así, ellos podrán defenderse siempre, incluso cuando sus padres no estén presentes.
- Enseñarles que Momo es un personaje ficticio que no existe, por ende no puede causarles ningún daño. Pero al mismo tiempo, explicarles los riesgos reales que sí se esconden tras las pantallas.
- No es recomendable mostrarles, sobre todo a los más pequeños, la imagen de Momo para advertirles sobre su existencia, ya que puede asustarlos. Lo mejor es pedirles que recurran a los adultos cada vez que aparezca en las pantallas algo que les genere miedo o inseguridad.
Regina Assis, que es doctora en Educación por la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, y miembro del consejo de expertos del Comité Gestor de Internet en Brasil, dice:
Debido a la sobre estimulación causada por las pantallas, estamos encontrando en los consultorios y aulas, niños agitados, intensos y con una dificultad inmensa de atención, lo que perjudica no solo el proceso de aprendizaje, sino el desarrollo sano de relaciones.
Limitar el tiempo de exposición a las pantallas de niños y adolescentes
Las recomendaciones de pediatras, especialistas, así como de la Academia Americana de Pediatría (AAP), es limitar el tiempo que los niños y adolescentes permanecen frente a las pantallas.
- De 0 a 2 años: nada de pantallas.
- De 2 a 5 años: 1 hora por día como máximo.
- Más de 6 años: limitar tiempo y contenido.
La especialista Roxana Morduchowicz, docente titular en la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires, autora de “Los chicos y las pantallas”, recomienda reglas para controlar el tiempo de los niños y las pantallas según la edad:
… hasta los 3 años hay que evitar las pantallas. Por dos motivos: para promover las actividades motrices de los chicos y para fortalecer la relación de los más chiquitos con el mundo real. A los 3 años la primera pantalla que se incorpora a la vida de los chicos es la TV. Pero no solos sino siempre acompañados por un adulto. A los 6 la computadora y la tablet pero sin acceso a internet. A los 9 la PC y la tablet con acceso a internet pero acompañados. Y a los 12 el celular, que coincide con la finalización de la primaria y es cuando los chicos ganan más independencia y autonomía.
Megan Moreno, una de las autoras de las guías de la APP señala:
Los dispositivos tecnológicos pueden tener a la vez efectos positivos y negativos. Los padres pueden establecer expectativas y límites para cerciorarse de que la experiencia de los niños sea positiva. La clave es estar atento al consumo mediático de la familia.
Los problemas comienzan cuando las pantallas desplazan a la actividad física, la exploración práctica y la interacción cara a cara en el mundo real, que es de suma importancia para el aprendizaje.