Padres primerizos, respaldo económico y fuerza emocional
"Extraordinariamente la promesa que hice, y las palabras y experiencia que aquel hombre compartiera ese día con nosotros en la clase, fueron las que me detuvieron de desatar mi enojo con mis pequeños hijos, y en consecuencia nunca los sacudí"
"Extraordinariamente la promesa que hice, y las palabras y experiencia que aquel hombre compartiera ese día con nosotros en la clase, fueron las que me detuvieron de desatar mi enojo con mis pequeños hijos, y en consecuencia nunca los sacudí"
La primera parte de nuestro artículo sobre padres primerizos la podrá encontrar haciendo clic en el enlace. En la página anterior vimos lo relacionado a los síntomas del embarazo compartido y la interacción con el nuevo bebé. En esta parte final trataremos sobre el respaldo económico y la fuerza emocional que necesitan los padres primerizos.
Prepararse financiera y económicamente
Al margen de los estimados que uno haga a priori para los periodos pre natal y parto, siempre existirán gastos inesperados. Es por ello que es importante organizarse debidamente, buscar programas de asistencia de ser necesarios, y saber cuáles son las limitaciones financieras con que uno cuenta.
Algunas personas inclusive se olvidan de considerar en sus gastos el programa médico pre natal para la mamá así como otros programas de educación para padres. Incluso la compra de una cámara o video cámara debería estar prevista en el presupuesto si no se tiene una. No hay mejor dicha que el perennizar esos momentos con fotos y videos.
Ahora bien, ¿Qué pasaría si su bebé requiere de tratamiento especial después de nacer por una infección en los oídos? ¿Está preparado para eso con un seguro privado o programa de salud del gobierno? Supongamos que se presenta una emergencia con la madre en el primer mes después del parto, ¿Está preparado para una segunda operación, medicinas y tratamiento posoperatorio? ¿Sabe a dónde acudir para obtener ayuda financiera? Converse con su asesor financiero personal y con el centro donde su pareja será atendida para que determinen todos esos gastos potenciales con antelación.
Los bebés en sus primeros meses realmente no necesitan de muchas cosas, especialmente suntuosas. Sus necesidades son básicas y fácilmente identificables: dormir, comer y defecar. Por ende, el gastar $100 en un cochecito promedio vs. $800 en uno de marca, no creará mucha diferencia para la necesidad de cobijo, seguridad y transporte del bebé. Esto considerando que ambos modelos han pasado las normas legales en cuanto a seguridad y calidad se refiere. No olvide de visitar la lista de productos para niños que han sido retirados del mercado por problemas defectuosos. Esta información la puede encontrar en el website del productor y en cada tienda que expende productos para niños.
También recuerde que los bebés dejan las ropas muy rápido. Por ello es conveniente comprar lo más necesario y pensar en que se hará de llegar el momento en que al bebé ya no le quede esa casita de cuero tipo aviador que tanto nos gusto comprarle. Si se piensa tener posteriores bebés, una alternativa es comprarle cosas unisex que puedan servir para futuros bebés. Lo otro es vender la ropa usada o intercambiarla a través de clubes de madres o ferias especializadas en cosas para niños.
Paciencia y más paciencia
Una vez que el bebé haya nacido empieza una etapa de cambios y ajustes para los padres.
En primer lugar está el hecho que nuestro horario revolverá alrededor de las necesidades del recién nacido. Esto implica levantarse a cualquier hora de la noche a cambiar el pañal, o saciar su apetito -traerlo a la madre para lactar o darle fórmula-, pasearlo para que vuelva a dormir, y estar al tanto de sus demandas.
Generalmente las dos primeras semanas son las más difíciles de lidiar debido al proceso de adaptación. Algunos opinan que los días posteriores son más fáciles, otros que son más difíciles. Esto se ve influido por el temperamento del bebé, disponibilidad de ayuda en la casa, recuperación de la madre, horarios de trabajo, etc.
¿Alguna vez ha escuchado de bebés que no duermen por las noches y que piden comer cada 2 horas? Es más común de lo pensado. También está el hecho que algunos bebés se acostumbran a dormir con la mamá, por lo que so pretexto de llanto exigen su lugar junto a su madre. No se agite, son simplemente gajes del oficio de ser padre.
¿Es usted lo suficientemente fuerte? Prometa nunca sacudir a un bebé
Si no ha escuchado sobre el síndrome del bebé sacudido o ha visto en televisión los casos de bebés que mueren o quedan lesionados debido a violentos movimientos provocados por su(s) padre(s), este es el momento de educarse y hacer la promesa que jamás sacudirá a su primogénito o algún bebé.
Recuerdo que en una de las clases para padres primerizos que tomé en Saint Joseph Hospital en Denver, el coordinador nos comento que en más de una oportunidad la promesa que hizo de nunca sacudir a su bebé fue lo que lo detuvo de hacerlo. En aquel momento pensé que nunca me vería en una situación similar, pero muy a pesar de lo planeado, hubieron un par de oportunidades en que los lloriqueos por horas, carencia de descanso apropiado de mi parte, así como frustración de no poder trabajar tranquilamente me empujaron al límite de mi paciencia como hombre. Sin embargo, extraordinariamente la promesa que hice, y las palabras y experiencia que aquel hombre compartiera ese día con nosotros en la clase, fueron las que me detuvieron de desatar mi enojo con mis pequeños hijos, y en consecuencia nunca los sacudí. Simplemente los puse seguros a buen recaudo en sus cunas, y salí a tomar aire al patio por un par de minutos. Luego regrese más relajado y listo para ayudarlos. La tempestad había pasado y nada malo ocurrió.
Recuerde que es importante que antes de dejarlo por un minuto para salir a tranquilizarse, el bebé debe estar seguro en su cuna, mecedora o silla del auto. Un par de minutos de lloriqueo no va a dañarlo o será el fin del mundo para él o ella. Lo importante es mantener la compostura y por ningún motivo sacudir al bebé.
Ahora solo me queda pasar la promesa a aquellos que hayan leído estos consejos de hombre a hombre, y de padre a padre, e invitarlos a que tomen o renueven la promesa de nunca sacudir un niño. ¿Es usted lo suficientemente fuerte para hacer la promesa?