Disfunciones sexuales: Vaginismo
Es una disfunción sexual femenina por la que involuntariamente la mujer contrae la vagina en un acto reflejo, impidiendo así la penetración.
Es una disfunción sexual femenina por la que involuntariamente la mujer contrae la vagina en un acto reflejo, impidiendo así la penetración.
Es una disfunción sexual femenina, en la que por un acto reflejo involuntario, la mujer contrae los músculos de la vagina haciendo que ésta se cierre parcial o totalmente, impidiendo o dificultando la penetración, así como la colocación de tampones, la estimulación manual o la colocación de instrumental ginecológico.
Muchas veces la mujer que la padece no lo sabe y se excita, tiene deseo, logra el orgasmo a través de la estimulación del clítoris, pero no se explica a que se debe el dolor que le producen los intentos infructuosos de penetración de su pareja.
Síntomas
- Dificultad o imposibilidad de que exista penetración vaginal, colocación de tampones, o espéculos, por ejemplo
- Dolor en la vagina en la penetración, durante la relación sexual o durante la colocación de algún dispositivo o examen ginecológico
Causas
Entre las causas de vaginismo están las orgánicas y las psicológicas.
- Causas orgánicas
- Presencia de una cicatriz en la vagina a causa de un aborto, parto, violación, abuso sexual, etc.
- Disminución de estrógenos como consecuencia de la menopausia
- Infección producida por alguna enfermedad de transmisión sexual que provoca una inflamación vaginal haciendo imposible la penetración
- Alergias al material de los preservativos o del DIU
- Utilización de desodorantes íntimos
- Utilización demasiado violenta del vibrador
- Presencia de un tumor
- En algunos casos muy poco frecuentes alguna malformación congénita puede ser la causa que obstaculiza la penetración
- Utilización frecuente de ropa muy ajustada
- Estimulación violenta del clítoris en los juegos sexuales previos
Causas psicológicas
- Existencia de sentimiento de culpa ante el placer, fundamentalmente en las mujeres que recibieron una educación muy estricta, llena de tabúes y prejuicios con respecto a la sexualidad
- Falta de interés en el sexo a causa de la educación estricta o de un suceso traumático como por ejemplo, un intento de abuso sexual
- Los traumas sexuales infantiles son la causa psicológica más frecuentes de vaginismo
- Ignorancia, inexperiencia, desconocimiento acerca del cuerpo, de los genitales propios como de los de la pareja
- Frustración ante el fracaso repetido en las primeras relaciones sexuales
- Temor inconsciente al dolor o a un potencial embarazo
Tratamiento
El tratamiento del vaginismo tiene como objetivo que la mujer aprenda a manejar la musculatura vaginal, a reconocer sus reacciones, a comprenderlas para poder controlarlas y entrenar su cuerpo.
En este sentido hay varios tratamientos que son utilizados, entre ellos:
- Hipno – desensibilización
- Utilización de dilatadores vaginales
- Ejercicios de Kegel
Este tipo de tratamiento está especialmente indicado para aquellas mujeres que padecen de vaginismo por causas psicológicas, como consecuencia de temores, culpa, etc. La hipnosis produce una relajación que diminuye la ansiedad. Una vez que el hipnotizador tiene claro cuáles son los factores que desencadenan la angustia, irá gradualmente, durante la hipnosis, mostrando a la mujer imágenes que le generaran ansiedad y en la medida que las vaya aceptando y logre imaginar una penetración estará capacitada para hacerlo en los hechos.
Consiste en la utilización, previo asesoramiento médico o sexológico, de dilatadores de plástico lubricados, que son introducidos por la mujer en su vagina. Primero son del tamaño de un dedo y progresivamente con el uso y la práctica se va aumentando el tamaño hasta llegar al similar al del pene. Una vez que ella logre introducir el dilatador vaginal de este tamaño en su vagina, se aconseja intentar la penetración propiamente dicha, teniendo la precaución de siempre lubricar muy bien, previamente, los genitales.
Existen varios ejercicios que son muy efectivos para lograr el control de la musculatura vaginal, entre ellos se encuentra los ejercicios de Kegel, que constan de contraer y relajar voluntariamente los músculos de la vagina. Para ello, es preciso practicar retener y soltar el chorro de orina, como forma de reconocer cuáles son los músculos que participan y así aprender a manejarlos.
Mientras dura el tratamiento para el vaginismo, se recomienda a la paciente no tener relaciones sexuales, dado que cada intento frustrado puede contribuir negativamente en el mismo. Es fundamental que la mujer aprenda en solitario a conocer y manejar sus genitales para vencer esta disfunción sexual y lograr el éxito en sus relaciones amorosas.
Cuando el tratamiento haya culminado y la mujer se sienta capacitada para intentar la penetración, se aconseja intentarlo la mujer arriba de modo que ella pueda manejar la graduación de la penetración. Pero si ella se siente más a gusto en otra posición, no debe inhibirse de plantearlo, lo fundamental es que ella sea la que decida.
Pronóstico
El vaginismo tratado correctamente con una adecuada terapia sexual, en general, tiene muy buen pronóstico.