Las últimas semanas de embarazo - Lo normal y lo de cuidado
Tu cuerpo y el de tu bebé se preparan para afrontar el maravilloso y milagroso momento del parto
Tu cuerpo y el de tu bebé se preparan para afrontar el maravilloso y milagroso momento del parto
El embarazo y el parto son experiencias maravillosas y únicas para una mujer en las que se conjugan el milagro de portar y dar vida. En las últimas semanas del embarazo, comienza la cuenta regresiva.
Esta etapa se caracteriza por la presencia de mucha felicidad, ansiedad, nerviosismo y miedos en la madre. Ella desea con todas sus fuerzas que su bebé nazca para poder conocerlo y acariciarlo, pero a la vez, siente un temor inconciente (sobre todo las primerizas) ante lo desconocido y ante el dolor que pueda producirle el parto.
Es un período de cambios sustanciales que preparan a la madre y al bebé para el glorioso momento del nacimiento. El feto continua creciendo dentro del útero, sus órganos siguen madurando y hacia la semana 35, aproximadamente, se coloca de cabeza (se encaja) en la parte baja de la pelvis, listo para salir por el canal de parto.
En tanto en el cuerpo de la madre, una serie de acontecimientos la preparan para el momento del parto. Alrededor de quince días antes de la fecha probable de parto, comienza la etapa del preparto. Ésta se caracteriza por la presencia de contracciones irregulares, sin dolor, que van madurando el cuello uterino, ablandándolo, acortándolo y es posible que exista perdida del tapón mucoso (muy similar a la clara de huevo, un poco más espeso, y trasparente). Las mamas se endurecen, se hinchan y comienzan a perder cada vez más calostro (el primer alimento del bebé).
Qué es normal en las últimas semanas de embarazo
- Sensación de incomodidad, problemas para conciliar el sueño
- Hinchazón en piernas, tobillos, pies y con menor frecuencia en manos y rostro
- Dificultades para respirar, debido a que el aumento en el tamaño del útero comprime los pulmones
- Fuertes calambres en las piernas
- Aumento del vello en brazos, piernas, rostro (por los cambios hormonales)
- Aumento de las ganas orinar a causa de la presión ejercida sobre la vejiga
- Sensación de calor debido al aumento en la temperatura de la piel por el calor irradiado por el feto
- Contracciones irregulares que preparan el cuello del útero para el parto
- Disminución del deseo sexual
- Aumento de las secreciones vaginales (más blancuzcas y mucosas)
- Aumento de las hemorroides
- Pueden aparecer varices o agravarse la que ya están
- Pueden aparecer manchas oscuras en el rostro
- Pueden aparecer dolores de espalda o persistir e intensificarse si ya los hay
- Persisten y se intensifican la acidez, el estreñimiento y la indigestión
- Sequedad y picazón en el abdomen debido al estiramiento de la piel de esta zona
Con qué tener cuidado en las últimas semanas de embarazo
- Hinchazón excesiva en manos y rostro (síntoma de pre-eclampsia)
- Aumento excesivo de peso (síntoma de pre-eclampsia)
- Fuertes y persistentes dolores de cabeza (síntoma de pre-eclampsia)
- Visión borrosa (síntoma de pre-eclampsia)
- Infecciones frecuentes (puede ser un síntoma de diabetes gestacional)
- Mucha sed (puede ser un síntoma de diabetes gestacional)
- No sentir los movimientos del bebé dentro del útero
- Las caídas están a la orden del día a causa de la pesadez del útero y la torpeza que producen los pies y tobillos hinchados
- Excesiva picazón porque puede ser una colestasis
Un embarazo a término es de 40 semanas, pero habitualmente, entre las 37 y las 42 se produce el nacimiento del bebé .Hacia la semana 38 de embarazo, los pulmones del bebé ya están maduros, esto hace que aumente la producción de oxitocina, la hormona que regula las contracciones que indican el parto.
Las contracciones comienzan en el fondo del útero, en la unión de las trompas de Falopio y luego se propagan hacia abajo, como las ondas de un radar, hasta que abarcan todo el útero. Tienen una determinada intensidad que se manifiesta por el endurecimiento del abdomen, una duración (que es el tiempo que transcurre desde el comienzo en el fondo uterino hasta que desaparecen) y una frecuencia (que es el tiempo en minutos que va desde el final de la contracción hasta el comienzo de la otra).
El romper la bolsa (el saco amniótico), tener una hemorragia o contracciones regulares, frecuentes, intensas y largas, son los más claros síntomas del parto. Las contracciones al principio son cada 5 minutos durante dos horas, luego cada cuatro minutos, cada tres y así sucesivamente, cada vez más seguidas y fuertes. Este es el comienzo del trabajo de parto y del período de dilatación, cada contracción va dilatando el cuello del útero para que pueda pasar la cabeza del bebé y acercando más el momento del nacimiento.
El trabajo de parto no depende de la voluntad de la madre. El cuerpo trabaja por sí mismo pero la autoconfianza, los pensamientos positivos y no oponer resistencia resultan fundamentales. El trabajo de parto requiere precisamente eso, trabajo, esfuerzo. En estos momentos visualizar al bebé, contribuye a transformar el dolor en energía positiva que se focaliza para pujar cada vez con más fuerza, ayudando a que nazca el bebé y que el milagro de la vida se produzca gracias a ti.