Ricardo Montaner, más allá de la música
Héctor Eduardo Reglero Montaner, más conocido por su nombre artístico de Ricardo Montaner, nació en septiembre del año 1957 en Argentina, pero fue criado desde muy pequeño en territorio de Venezuela (motivo por el cual él mismo se siente muy venezolano, a pesar de sus orígenes).
Sin lugar a dudas, Montaner se constituyó, a base de talento y carisma, en uno de los artistas más carismáticos, reconocidos y queridos del ambiente musical de América Latina. Este artista es considerado un icono del género romántico, que ha logrado traspasar las generaciones al interpretar sus canciones plenas de sentimientos.
Sus inicios en la música
La carrera artística de Ricardo Montaner comenzó en su etapa de adolescencia, cuando en él compuso "Noches de primavera", una canción que estaba dedicada especialmente a quien se convertiría en su primera esposa, Ana Vaz, madre de sus dos hijos mayores, Héctor y Alejandro.
Montaner y la familia
Cuando su primer matrimonio concluyó, llegó a su vida Marlene Rodríguez, quien se constituiría en su segunda esposa y madre de sus tres hijos más pequeños: Ricardo Andrés, Mauricio Sebastián y Eva Luna. Junto a su mujer Marlene, dirigen una fundación que ayuda a niños y que se denomina “Los hijos del sol”, lo que demuestra que además de talentoso y exitoso, es también un ser solidario.
Montaner siempre ha considerado a su familia como un pilar fundamental en su vida, orgulloso padre de sus hijos, siempre se muestra muy emocionado al mencionar a cualquiera de sus retoños.
Éxitos musicales
Como artista, Ricardo Montaner está en continuo crecimiento, siempre acompañado por sus fieles seguidores. Desde 1982, con el lanzamiento de su primer álbum Cada día, hasta el 2010, año de la presentación de su último disco Soy feliz, este artista no ha parado de generar discos nuevos, los cuales siempre son bienvenidos por los fanáticos de todas partes del mundo.
Su relación con Dios
Con una vida muy intensa, Montaner se confiesa como cristiano evangélico, religión que no solo ha llevado al plano personal y familiar, sino también profesional.
Con respecto al origen de su relación con Dios, el propio artista expresó en su libro Lo que no digo cantando: "No busquen más no fue un gurú, un pastor famoso, un telepredicador ni un carismático cura. Tampoco fue un viaje místico a la India o un libro de autoayuda de veinte dólares. Mi estilo de vida no es el resultado de un brote místico o una vía de escape a la fama. Quien me acercó definitivamente a Dios fue un pequeño predicador de apenas un año, conectado a una decena de cablecitos, en un lúgubre y caluroso hospital de Montevideo".
Disfruta de una canción clásica de Montaner, Tan enamorados: