Cuidados del pene no circuncidado del bebé
No se aconseja forzar al prepucio del bebé hasta que este corra con facilidad hacia atrás, para evitar lastimarlo.
No se aconseja forzar al prepucio del bebé hasta que este corra con facilidad hacia atrás, para evitar lastimarlo.
Por Patricia Carambula - 11 Noviembre, 2010
El pene del bebé está recubierto en su punta, en el glande, por una tela, una piel, llamada prepucio que en algunas religiones y culturas como ser la judía, se quita mediante una intervención quirúrgica a la que se le denomina circuncisión y requiere de determinados cuidados especiales. Pero en los casos en que no se realiza esta cirugía, la higiene y retracción del prepucio deberán realizarse con sumo cuidado también, para prevenir posibles infecciones (urinarias, por ejemplo) y problemas futuros.
Cómo limpiar y cuidar el pene no circuncidado
- Durante los primeros meses del bebé, es recomendable lavar el pene con agua y un jabón neutro por fuera, exteriormente, sin forzar el prepucio hacia atrás para dejar el glande al descubierto, si es que aún no se ha despegado. El 95% de los niños nace con el prepucio pegado, adherido al pene y en el 15% de los casos se logra retraer, aproximadamente, a los 6 meses
- En general, en la mayoría de los niños, el prepucio se vuelve elástico y retráctil con el paso de los años, a medida que el niño crece y puede correrse con facilidad entre los 3 y los 5 años (en el 90% de los casos), aunque hay otros que recién podrán hacerlo en la adolescencia
- Es importante que los padres ayuden a su hijo a familiarizarse con su cuerpo y a que a medida que crecen ellos mismos se corran el prepucio hacia atrás para lavarse el glande
- Se aconseja que mientras son bebés, los padres vayan corriendo el prepucio de a poco, progresivamente, sin forzarlo, mientras se está bañando al niño, ayudándose con el jabón y el agua, lo laven y enjuaguen bien y luego vuelvan a correrlo hacia delante hasta tapar la punta del pene. El apurarse a correrlo antes de que se haya separado, puede producir sangrado, dolor y hasta rasgar o desgarrar la piel del bebé
- Mientras el niño es pequeño se aconseja higienizarlo, habitualmente, corriendo el prepucio hacia atrás y lavando con abundante agua y jabón. En tanto cuando pueda hacerlo él por sí sólo, que lo haga todos los días al bañarse
- Debajo del prepucio hay una sustancia blancuzca que se desprende cuando se retrae hacia atrás, se trata de las células de la piel denominadas esmegma y que son totalmente normales; no hay motivo para alarmarse, ya que no se trata de ninguna infección
- No se recomienda utilizar gasas, ni algodones, ni antisépticos para higienizar el pene del bebé
- Si con el paso de los años el prepucio sigue sin correr, se está ante la presencia de una fimosis (dolor, molestias, irritación y dificultades al orinar) y el médico deberá evaluar que pasos seguir, pero esto no es lo más común
Prestar especial atención a:
- El tamaño del agujero del prepucio: Si es lo suficientemente grande como para que el chorro de orina sea normal o si permite la salida sólo de un hilo finito
- Si el bebé parece molesto, incómodo o dolorido al orinar
- Si el prepucio se enrojece o hincha