Cuando el niño debe someterse a una operación
La psicoprofilaxis quirúrgica se ocupa de brindar apoyo emocional y contención al niño y a su familia ante una intervención quirúrgica
La psicoprofilaxis quirúrgica se ocupa de brindar apoyo emocional y contención al niño y a su familia ante una intervención quirúrgica
La noticia de que un niño debe someterse a una operación, resulta ser muy traumática para él y su familia: Internación y operación son dos situaciones que influyen en ellos y que deben ser manejadas por el equipo de salud de la mejor manera, para así poder apoyarlos y reducir al mínimo sus temores.
Una intervención quirúrgica implica un desequilibrio biológico y psicológico que requiere que la persona vuelva a lograr su estabilidad, siendo un núcleo en el que convergen el paciente, su familia, el equipo de salud (médicos, psicólogos, enfermeras) y las instituciones de salud en sí. De ello surge la necesidad de abordar el tema desde un enfoque interdisciplinario que permita dar cuenta de todos los aspectos presentes en la práctica de la cirugía.
Esta supone un alto impacto físico y emocional para el paciente, por lo que desarrollar una adecuada profilaxis constituye una tarea obligada de la teoría y la práctica del equipo de salud, debiéndose trascender el modelo clásico de la interconsulta para lograr el objetivo básico de toda psicoprofilaxis: La adecuada recuperación física y emocional del paciente.
La psicoprofilaxis quirúrgica se ocupa de brindar apoyo emocional y contención al niño y a su familia ante una intervención quirúrgica, para minimizar los efectos secundarios, tanto psicológicos como físicos.
Se busca:
- Aliviar la ansiedad: Apoyar, erradicar mitos y aclarar todas las dudas al niño y a su familia
- Ayudar a sobresalir del trauma de la intervención
- Favorecer y estimular el contacto del niño con sus seres más cercanos (padres, familia, médicos)
- Minimizar los síntomas postquirúrgicos. Para que la operación sea exitosa, no deben existir trastornos psíquicos postquirúrgicos relevantes
Una psicoprofilaxis exitosa necesita la colaboración y confianza entre los distintos miembros del equipo de salud; de esta manera el niño y su familia confiarán en la resolución de su problemática quirúrgica.
Los pacientes psicológicamente mal adaptados presentan más dificultades en el post operatorio, si a esto se le suma el estrés real que implican las operaciones, los aparatos, los quirófanos, la internación, como resultado la recuperación será más lenta, con más dolor y complicaciones.
Es importante resaltar el objetivo final de la preparación: La elaboración de la situación traumática, previendo secuelas emocionales capaces de perturbar el futuro desarrollo del niño.
Psicoprofilaxis prequirúrgica
Se centra en las dificultades emocionales que se experimentan para enfrentar la intervención.
El cometido es hacer desaparecer los temores, las fantasías, los miedos, al dolor y a la muerte fundamentalmente.
Psicoprofilaxis postquirúrgica
Se prepara al paciente desde la fase preoperatoria y se centra en la disminución de la percepción del dolor y la preparación anímica para que actúe de manera óptima y positivamente en su propia rehabilitación. Este proceso es aplicable a todas las personas, aunque con variantes; tal es el caso de operaciones no programadas en que puede no haber tiempo para intervenir en la fase prequirúrgica, aunque sí en la postquirurjuca.
Duración de la profilaxis
Es variable dependiendo del caso, en general suele durar un mes antes de la intervención y extenderse por un mes después e la misma.
Es aconsejable, en la medida de lo posible, que los padres y el niño visiten antes de la intervención las dependencias en donde se va a desarrollar la misma, para conocer como funciona el lugar, la mecánica de trabajo, etc.
Cómo actúan los niños frente a una intervención quirúrgica
- Con temor: Por cada temor que expresa el niño explícitamente, se esconden muchos otros que no manifiesta. Habitualmente el niño es incapaz de expresar ante sus padres sus sentimientos, temores, etc., ya que como éstos están muy perturbados por la intervención, no quiere agregarles más preocupaciones
- Hace regresiones a etapas anteriores de desarrollo
- Se pone hipersensible y ansioso
- Se vuelve demandante y manipulador
- Sufre alteraciones del sueño o la alimentación
- Se torna irritable, poco tolerante, malhumorado
Cómo actúan los padres ante la intervención quirúrgica del niño
- Con angustia
- Temerosos
- Fantasean con la muerte
- Sienten culpa, ansiedad, estrés
- Sienten la necesidad de sobreproteger a su hijo
- Tienen miedo a la anestesia
Lo indispensable en la profilaxis
- Repetir y aclarar las veces que sea necesario lo que se está explicando
- Hacer interpretaciones acertadas
- Nombrar a las cosas por su nombre. Es muy importante la utilización del humor como facilitador en el descenso de la tensión
- No burlarse ni emitir juicios
- Comprensión en todo momento
- Coherencia entre el discurso verbal y el lenguaje corporal
- Utilizar un tono de voz que transmita confianza
- Utilizar palabras fáciles
- Informar a los padres y al niño sobre el método de anestesia que se va a utilizar y si es posible coordinar un encentro con el anestesista
- Permitir que los padres acompañen todo el proceso con su hijo: Que lo acompañen hasta la puerta del quirófano y que sean a los primeros que vea una vez que despierte de la anestesia
Algunas recomendaciones que pueden ayudar a que el niño se sienta más seguro
- Permitirle que lleve algún objeto, muñeco, juguete que lo haga sentir seguro
- Tratar en lo posible la previa a la intervención sea lo más rápida, es decir, no preparar al niño para la intervención y dejarlo esperando una hora antes de llevarlo a quirófano. Esto que pone sumamente nervioso y ansioso a un adulto, se potencia mucho en el niño
- Permitir que los padres y familia lo acompañen, apoyen y contengan siempre que sea posible