Labios menores de la vulva pegados en las niñas

Se trata de una anomalía frecuente en niñas de entre 4 meses y 2 años que, generalmente, desaparece sola en la pubertad

Una niña

La coalescencia también conocida como coaptación o sinequia de los labios menores o adherencia de los labios menores de la vulva de las niñas, suele ser una alteración común, en la cual las células de la piel se multiplican formando un puente entre los labios menores uniéndolos. Generalmente no es detectada, antes de los 3 meses y suele desaparecer por sí sola antes de que la niña llegue a la pubertad, pero en caso contrario puede ser realizado algún tratamiento para resolverlo.

Es frecuente en bebas de entre 4 meses y 2 años, aunque puede aparecer hasta los 6 años, porque a esa edad las hormonas femeninas son pocas y las inflamaciones o irritaciones del pañal favorecen su aparición. En algunos casos hay una relación entre la adherencia y la mala higiene de los genitales de la niña.

Se trata de una anomalía frecuente en los genitales externos de las niñas, que se puede apreciar al abrir los labios mayores y ver los menores pegados, adheridos y sin presencia de orificio. En ocasiones la fusión es parcial, no total y puede apreciarse una abertura pequeña como una membrana fina que une los labios.

Generalmente la adherencia de los labios de la vagina, suele detectarse de forma casual, durante una exploración médica rutinaria, al bañarla o cuando orina, ya que se aprecia como el pis sale con dificultad por ser el orificio más estrecho.

Tratamiento

En general, como ya se mencionó anteriormente, la adherencia de los labios suele desaparecer por sí sola y estos separarse espontáneamente sin necesidad de tratamiento, durante la pubertad o antes. Sin embargo, puede ser necesario el tratamiento en casos de infecciones locales frecuentes, lo cual es poco común.

En estos casos puede recurrirse a alguno de estos dos tipos de tratamiento:

  • Aplicar una crema con estrógenos para que ablande la adherencia
  • Untar diariamente con vaselina en los labios separados para evitar las recidivas
  • En caso de que la adherencia sea débil, puede librarse mediante tracción o separándola con un suave estilete en la consulta pediátrica. Se trata de una maniobra sencilla, pero que puede resultar dolorosa para la niña, que deja la zona expuesta, sensible, frágil y puede sangrar